Escribe: José Bueno, profesor de Finanzas de FRI ESAN.
Para el primer vuelo de demostración de su avión de pasajeros C919 fuera de China, el fabricante de aviones Comac, respaldado por el Estado, se dirigió a Singapur, una clara señal de que el posible rival de Boeing veía el sudeste asiático como su mejor oportunidad para las ventas en el extranjero.
Con un apoyo estatal estimado de casi US$ 80,000 millones en los últimos 20 años, el desarrollo del avión de pasillo único se considera un gran paso adelante para la visión del presidente Xi Jinping de hacer avanzar a China en la cadena de valor de la tecnología y proporcionar más de un desafío para sus rivales occidentales, particularmente en un momento en que el historial de seguridad de Boeing está bajo escrutinio después de que un panel de la puerta de un avión explotara en enero.
Desde el vuelo comercial inaugural del C919 en mayo del año pasado, sólo cinco aviones han entrado en servicio a nivel nacional, todos ellos entregados a China Eastern Airlines, de propiedad mayoritariamente estatal. El mercado chino es la mayor oportunidad a corto plazo para el C919. Cabe aclarar que si bien el C919 aún no ha sido certificado por las autoridades de aviación en Europa y Estados Unidos y sólo puede operar comercialmente en China, los analistas de aviación dijeron que los reguladores en algunos países del sudeste asiático, África y América Latina podrían aprobarlo más rápidamente. El cronograma para la certificación europea y estadounidense aún no está claro.
El avión podría representar aproximadamente el 8% del mercado chino de aviones de fuselaje estrecho y sólo poco más del 1% a nivel mundial para 2030 si Comac es capaz de aumentar la producción con éxito. Pero para que Comac compita con Boeing a escala global, probablemente serán necesarios 20 años según IATA.
Comac depende en gran medida de proveedores occidentales para componentes clave, incluidos motores suministrados por la empresa franco-estadounidense CFM International y unidades de energía auxiliar suministradas por la estadounidense Honeywell, lo que lo hace vulnerable a tensiones geopolíticas. Si bien los fabricantes chinos quieren reemplazar algunos componentes occidentales con alternativas de fabricación nacional, los analistas dijeron que les llevaría años hacerlo de una manera que cumpla con los estándares internacionales de seguridad de la aviación comercial. Estados Unidos y el Reino Unido siguen dominando la producción de motores a reacción comerciales.
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