Consultora de Salud Ocupacional de Marsh
La pandemia forzó a las personas a tener cambios en sus hábitos diarios, ya sea volviéndose más sedentarios o, por el contrario, impulsándolas a buscar nuevas formas para mantenerse activos dentro de sus hogares. Luego del confinamiento obligatorio el uso de métodos de transporte alterno hacia los centros de trabajo fue cobrando cada vez más importancia. En el marco del Día de la Bicicleta, es importante visibilizar esta modalidad de transporte como un beneficio para los colaboradores en múltiples ámbitos, como lo son la salud, el bienestar y el aporte hacia el medio ambiente.
En ciudades tan pobladas y congestionadas como Lima, para muchas personas ir en esta forma de transporte a sus organizaciones resulta muy conveniente, pues además de acortar su tiempo de movilización también les permite realizar ejercicio para iniciar su jornada. Actualmente, la Ley promueve y regula el uso de la bicicleta como medio de transporte sostenible, y detalla que los trabajadores del sector público recibirán una jornada laboral libre remunerada por cada sesenta veces que certifiquen haber asistido a su centro laboral en bicicleta.
Para el caso de todos los centros de trabajo, incluyendo los del sector privado, también se ha propuesto iniciativas con este enfoque a través del Documento Técnico “Plan Nacional de prevención y Control del Sobrepeso y Obesidad en el Contexto de la COVID-19″ publicada este año. En él se detallan recomendaciones específicas como la implementación y mejora de los estacionamientos para bicicletas, promoción de la reducción del uso de vehículos y el incremento del uso de bicicletas, así como caminatas a través de incentivos, subsidios, bonos o convenios que lo faciliten.
Es así que se evidencia la importancia de la actividad física y el bienestar de los colaboradores para las organizaciones. De acuerdo al Informe Reinventando Beneficios de Marsh, el 27% de las empresas encuestadas tiene como prioridad desarrollar prácticas de ergonomía y pausas activas en el trabajo remoto. Gracias a la posibilidad que están dando las organizaciones hoy en día, el seguir manteniéndose activo desde casa también es un aspecto positivo para los colaboradores; mientras que, en lo referido al propio centro de trabajo, con la finalidad de reducir la probabilidad de lesiones musculo-esqueléticas muchas organizaciones proporcionan espacios para pausas activas guiadas a través de softwares o instructores de forma virtual o presencial.
El bienestar como una prioridad
De acuerdo al informe “Un enfoque digital enfoque de los beneficios en un mundo de la pandemia” de Marsh, se ha producido un cambio sin precedentes hacia el apoyo a los empleados en materia de salud y bienestar. Aunque antes de la pandemia ya ocupaba un lugar destacado en la agenda empresarial, la salud y el bienestar son ahora la prioridad número uno en términos de inversión: 61% de los encuestados considera que uno de los impactos a largo plazo de la pandemia sería el incremento en la inversión de beneficios relacionados con este ámbito.
De cara al futuro, el papel que desempeñan los empleadores en más que un salario - sino en satisfacer una necesidad de bienestar social, físico, mental y financiero - es una tendencia que probablemente continuará, ya que 7 de cada 10 organizaciones planifican invertir en la salud y el bienestar de los de los empleados una mayor prioridad en el futuro.
A pesar de la pandemia, los empresarios siguen ofreciendo una amplia gama de prestaciones de tipo monetario a sus colaboradores. Sin embargo, también existe un porcentaje que las eliminó de su parrilla de beneficios: según Marsh, el 16% de los encuestados canceló los beneficios relacionados a transporte hacia los centros de trabajo. Dado que alrededor del 20% de la remuneración de los empleados consiste en prestaciones, la racionalización de éstas habría sido una forma de recortar los costes con poco impacto en la experiencia del empleado.