Por Liang Yu
Embajador de China en el Perú
La pandemia del COVID-19 ha generado un impacto sin precedentes en todo el mundo este año, la economía global ha sufrido la peor crisis de su historia desde la segunda Guerra Mundial, las inversiones y el comercio internacional se han reducido drásticamente, los mercados financieros internacionales se encuentran en constante agitación, y la globalización económica enfrenta muchos obstáculos. Ante tales desafíos sin precedentes, China adoptó medidas integrales para impulsar la prevención y control de la pandemia, así como el desarrollo socioeconómico. En el segundo trimestre del año, la economía de China recuperó el crecimiento, los principales indicadores económicos aumentaron, la actividad económica se recuperó progresivamente. China sigue siendo el estabilizador y locomotora de la economía mundial.
La economía de China demuestra resistencia y vitalidad en tiempos de pandemia. A pesar de los impactos a corto plazo de la pandemia, los fundamentos de la economía de China para lograr la estabilidad, la mejora y el desarrollo a largo plazo no han cambiado. China tiene el sistema industrial más íntegro y grande del mundo, una gran capacidad de producción y una óptima capacidad de apoyo. Cuenta con más de 100 millones de agentes de mercado, más de 170 millones de personal calificado con educación superior o técnica especializada, y un super enorme mercado de demanda doméstica conformado por 1.4 mil millones de personas, lo cual constituye su gigantesco potencial interno. En China, más de 200 millones de paquetes express por repartir circulan por todo el país a diario, se venden más de 40 mil celulares por hora, y se construye una estación base de 5G por minuto. Ante la inestabilidad e incertidumbre de la situación internacional y las dificultades y retos que enfrenta el desarrollo, la economía de China ha superado con éxito esta “prueba de pandemia” gracias a su firmeza y tenacidad.
La circulación dual interna y externa fomenta las nuevas ventajas de competitividad de China. Actualmente, la economía mundial está en receso, algunos países han optado por el proteccionismo y el unilateralismo, y los riesgos geopolíticos van en aumento. En este contexto, el Presidente Xi Jinping planteó la implementación progresiva de un nuevo modelo de desarrollo de circulación dual interna y externa, que toma la circulación interna como pilar principal y permite que los mercados de China y del mundo se impulsen mutuamente, con el fin de fomentar la nueva ventaja de China para participar en la cooperación y competencia internacional bajo la nueva situación. Este nuevo modelo no consiste en un ciclo nacional cerrado en lo absoluto, sino que trata de un plan de circulación interna y externa basado en la apertura. Potenciando su economía nacional y facilitando su gran circulación interna, China podrá impulsar su desarrollo económico con mayor energía y contribuir a la reactivación de la economía mundial. Tal como afirmó el Presidente Xi Jinping, la posición de China en la economía mundial seguirá subiendo y tendrá una relación más estrecha con el mercado global. China ofrecerá mejores oportunidades comerciales a los demás países, y atraerá más productos y recursos extranjeros.
Se profundizará la apertura de China y se alcanzará el desarrollo económico de alta calidad. Independientemente de la evolución de la situación internacional, la globalización sigue siendo un requisito objetivo para el desarrollo económico mundial y una tendencia irreversible de nuestra era. Desde la aplicación de la Reforma y la Apertura, el desarrollo socioeconómico de China ha tenido un extraordinario proceso de 40 años y ha alcanzado logros históricos que llamaron la atención de todo el mundo. El desarrollo de la circulación externa y la expansión de la apertura han sido factores importantes que impulsan el rápido crecimiento económico de China. En el futuro, China seguirá promoviendo y guiando la globalización económica; mejorará integralmente su nivel de apertura al mundo; continuará creando un ambiente de negocios internacionalizado, legalizado y orientado al mercado; y participará activamente en la reforma del sistema de gobernanza económica global para que sea más perfecto, justo y equitativo.
El desarrollo de China y del mundo no puede aislarse. Ante la propaganda de la “desglobalización” por parte de políticos de unos pocos países, China se compromete a impulsar decididamente la globalización económica hacia un desarrollo más abierto, inclusivo, beneficioso, equilibrado y de ganancia compartida. Tanto China como el Perú son países en desarrollo, practican y defienden el multilateralismo y el libre comercio. Mediante la iniciativa de la Franja y la Ruta, China está dispuesta a trabajar junto con el Perú para seguir contribuyendo a la construcción de una Comunidad de Futuro Compartido para la humanidad.