Director académico para Latinoamérica de Maple Bear
Esta epidemia definitivamente nos ha cambiado la vida. Tras más de un año y medio en aislamiento, nos hemos ajustado al trabajo en casa, al home learning, a pedir todo a domicilio, a no tocar siquiera a nuestros seres queridos y a un puñado más de cosas.
Aunque muchas actividades se han reactivado y algunas personas regresaron a sus oficinas, el aislamiento sigue y, ciertas cosas, como el regreso a clases, se vislumbran con cambios importantes.
América Latina es la región donde la educación ha sufrido más en estos meses. La Unicef calcula que tres de cada cinco niños o niñas que perdieron un año escolar viven en esta región.
En las últimas semanas se ha vislumbrado una luz al final del túnel en Sudamérica, con un descenso en el número de casos. Esto puede ayudar a visualizar un posible regreso a clases, muy posiblemente en formato híbrido. Esto contempla la fusión de clases online y clases presenciales, representando una oportunidad de aprendizaje tanto para padres de familia como para el profesorado.
¿Cómo lograrlo de la manera más sencilla, cuidando la salud, la enseñanza y el bienestar mental de nuestros hijos e hijas? Compartimos aquí algunas experiencias que se han generado en otros países donde Maple Bear tiene presencia y en los cuales ya se está viviendo la modalidad híbrida.
- Lo primero es seguir siendo flexible dado que todavía estamos en un escenario de contingencia y posibles cambios.
- Es fundamental reforzar en los pequeños los aspectos positivos de estar de vuelta en las aulas y aprendiendo nuevas cosas en un entorno familiar y amigable, de ver sus compañeros y poder estar con ellos, haciendo énfasis en las nuevas rutinas y procedimientos escolares, para que todos nos mantengamos saludables.
- Considere en sus tiempos y jornadas que sus hijos pueden acudir dos o tres días a la escuela presencial y los otros seguir con actividades a distancia. O que tal vez irán al colegio en semanas alternas.
- Recuerde que esta situación nos ha hecho a todos más vulnerables al estrés y a la ansiedad. Tome tiempo para hablar con sus hijos y, muy posiblemente, con sus jefes inmediatos: ¿cómo se organizará para trabajar y que sus hijos tomen clases? ¿Usted también podrá ir a su oficina en días o semanas alternas? ¿Lo puede organizar para que así sea? Hable con sus hijos de la importancia de regresar al salón, pero aún más, de la importancia de tener un cuidado intensivo con su higiene y protección.
- Algunas escuelas han optado por la creación de “miniburbujas”. Es decir, digamos que hay un salón de 15 niños. Este se subdivide en dos subgrupos. El subgrupo A toma clases la semana 1 y el B, la semana 2 y así, sucesivamente. Esto puede ser recomendable para reducir los riesgos de contagio.
- Las experiencias en otros países nos muestran que lo más recomendable es que las escuelas tengan una entrada y salida escalonada, dividiendo a los grupos de alumnos.
- De acuerdo con las autoridades sanitarias, la sana distancia es una constante tanto en la calle como en el colegio. Se le pedirá que se conserve al menos dos metros de espacio cuando deje a su hijo en la escuela y cuando lo recoja también. Se le recomienda una buena planeación de sus tiempos, para darle a sus niños la atención y cuidado que necesitan.
- Es importante que no se compartan los materiales escolares. Se pueden colocar contenedores individuales con material para cada pequeño, por ejemplo. Todas las actividades que requieran compartir materiales o contacto físico se deben eliminar temporalmente.
- El uso de cubrebocas es obligatorio y vigilar el estado de salud de su hijo es muy importante, para reportar cualquier cambio en ella oportunamente. No solo eso. En muchos casos, los colegios están pidiendo que, si alguna familia tuvo contacto con una persona infectada, el pequeño o pequeña no vaya al colegio hasta que toda la familia se realice pruebas PCR y estas resulten negativas.
- También es importante que los niños lleven a la escuela la menor cantidad posible de objetos de casa. Idealmente, solo algo para cubrirse y, en el caso de los más pequeños, algún juguete o muñeco que les dé tranquilidad.
- Por otra parte, siempre existe la posibilidad de que haya un contagio y, de acuerdo con las autoridades educativas de los distintos países, el protocolo puede ser diferente. En algunos casos, solo la burbuja o salón donde hubo un contagio o conato de infección se queda en casa; o también podría ser que las autoridades cierren todo el plantel como medida preventiva.
- Lo más importante es seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias y educativas de cada país.
Debemos recordar que el aislamiento al que nos obligó la pandemia es algo para lo que nadie estaba preparado. Menos aún los niños, que aún no tienen las mismas habilidades psicosociales que los adultos. Sin embargo, la manera como los adultos vivimos esta realidad tiene un gran impacto en los niños.
Si nosotros lo vivimos de manera positiva, ellos también lo harán; si nosotros nos mostramos resilientes, ellos seguirán nuestro ejemplo. Podemos tomar este momento como una posibilidad de aprendizaje para nuestros hijos en temas tan importantes como la autorregulación y el autocontrol.
Esto pasará. No sabemos cuándo exactamente, pero la historia nos muestra que así ha sido. Lo principal es cómo lo vivimos y que nos llevamos de la experiencia.