Para la RAE, “artesano” es alguien que “hace por su cuenta objetos de uso doméstico imprimiéndoles un sello personal, a diferencia del obrero fabril”. En vista que la platería de Catacaos, los retablos ayacuchanos, los mates burilados o los mantos kené –entre muchas otras atractivas piezas elaboradas en nuestro país–, no son de uso doméstico sino objetos ornamentales, quienes los elaboran no deberían ser llamados artesanos. Es que, en realidad, son artistas. Y sus obras, además de evidenciar elevados niveles de creatividad, transmiten costumbres, conocimientos y creencias ancestrales.