Como anunciamos esta semana, luego de meses de espera, el próximo domingo 7 de julio se empezarían a ejecutar las obras de construcción de la Estación Central de la Línea 2 del Metro, que se conectará con el Metropolitano en el Centro de Lima. Esto luego de una reunión entre el ministro de Transportes, Raúl Pérez Reyes, y el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, que finalmente permitió que la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) otorgue los permisos correspondientes para empezar la construcción.
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Esta buena noticia llegó a menos de una semana después de que la Empresa Municipal de Apoyo a Proyectos Estratégicos S.A. (Emape) anunciará que ya se encuentran listas para entrar en funcionamiento 13 nuevas estaciones del Metropolitano, correspondientes a la ampliación norte de este servicio. Respecto de estas, la MML ha anunciado que a más tardar la próxima semana iniciarán una marcha blanca de estas líneas, luego de la cual el servicio operará con normalidad.
Y a inicios de esta semana, por otra parte, la ATU finalmente aprobó el Reglamento del Sistema de Recaudo Único para Lima y Callao que obligará a que se desarrolle un sistema de recaudo único para el sistema integrado de transporte.
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Sin duda, estas noticias son pasos positivos hacia la continuación de una reforma urgente, por la que queda aún mucho por hacer y que viene demorando demasiado en implementar: la transformación de nuestro transporte público. Para ser una metrópolis del tamaño del que es Lima, nuestra infraestructura de transporte público está muy por debajo del promedio no solo del mundo, sino también de la región.
No solo porque tenemos, en comparación con las principales ciudades de países como Colombia, Chile o Argentina, una cantidad muy pobre de líneas de transporte público de cualquier tipo que conecten la ciudad. E incluso los pocos servicios que funcionan, algunos de los pocos espacios que sí funcionan, como el Corredor Morado, son inestables y, lamentablemente, a veces inseguros. Hace dos semanas, el vocero de dicho corredor, Gerardo Hermoza, advirtió que 50 de sus buses habían recibido ataques en lo que va del año.
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Otro frente que acaba de surgir y que podría postergar una vez más la ejecución de las obras de la línea dos, es el impedimento de ejecución del cerramiento de obra y del Plan de Desvíos en la Estación Quilca, que la Municipalidad Provincial del Callao definió el pasado domingo 23. Esto en lo que respecta al Ramal de la Línea 4.
Nuestras autoridades deben entender la urgencia que tiene nuestra capital de acelerar todo lo posible esta reforma, en la que llevamos décadas de retraso en comparación con nuestros países vecinos. El mismo problema, por cierto, aqueja también al resto del país. Queda mucho por hacer.
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