(Foto: GEC)
(Foto: GEC)

TEMORES. Los temores de una recesión mundial están de vuelta, tras una agudización de la guerra comercial y una mayor incertidumbre sobre el proceso del Brexit.

Pese a que el Gobierno de Donald Trump afirma que continuará las negociaciones con China en setiembre, el anuncio de nuevos aranceles para productos chinos por US$ 300,000 millones y la posterior denominación de manipulador de divisa a Beijing han escalado la guerra comercial. Y ahora, más que vislumbrar a una salida a la crisis, estamos a la espera de las siguientes represalias de China.

En cuanto al Brexit, la posibilidad de una censura al nuevo primer ministro británico, Boris Johnson, cobra fuerza, con lo que tampoco se puede percibir como será o si habrá un divorcio del Reino Unido y la Unión Europea.

Ya hace unas semanas, el FMI, que redujo nuevamente sus pronósticos de la economía mundial para este año, había advertido de las presiones a la baja por la incertidumbre generado por estos dos factores. Ahora, según un sondeo de Bloomberg, desde fines del primer trimestre del año, las probabilidades de una recesión en los próximos doce meses se han incrementado en Brasil, Rusia, Reino, Canadá y Estados Unidos.

Y esas previsiones se vienen reflejando en una mayor aversión al riego en los mercados, donde las bolsas mundiales caen, aumenta la demanda de bonos del Tesoro de EE.UU. y del oro, que superó recientemente los US$ 1,500 por onza.

Un elemento adicional que complica una temida recesión es que los bancos centrales de las mayores economías del mundo esta vez tienen poco margen de maniobra en su más convencional medida de estímulo, las bajas de las tasas de interés. Los tipos de referencia ya se encuentran en niveles muy bajos o en cero. Y ante ello quedaría por ver la disposición a incrementar el gasto fiscal, cuando hasta hace poco se abogaba por un retorno del equilibrio en las cuentas de los gobiernos. Ante ese escenario, solo quedaría a los países, ajenos a las disputas comerciales, prepararse para lo que podría venirse. Los gobiernos tendrían que enfocarse en al menos evitarse las tensiones o crisis domésticas, las mismas que podrían ser magnificadas dada la mayor aversión al riesgo en los mercados por la incertidumbre actual. Pero por ahora, se espera que la región se sume a la ola de recorte de tasas de interés, la misma a la que acaba de unirse el BCRP, aunque para algunos, de manera un poco tardía.