AGENDA PENDIENTE. María Antonieta Alva no es la persona más joven en asumir una cartera, tampoco es la primera mujer en el despacho del jirón Junín, pero su nombramiento ha despertado diversas inquietudes. Currículo para ocupar el cargo tiene y si nos guiamos por sus palabras podría ser una “joven promesa”.

“Estudiar en una universidad top no te hace mejor persona. Las soluciones a los verdaderos retos del Perú no te las enseñan en un salón de clases”, decía Alva hace cinco años cuando estaba a punto de terminar su maestría en Harvard y todavía tenía en mente los deseos que la llevaron a ese posgrado: un Perú libre de desnutrición crónica, al menos 80% de los niños logrando los resultados esperados en matemáticas y verbal y ningún ciudadano sin acceso a la educación superior por razones económicas.

Es verdad que sus palabras deben ser refrendadas por sus actos, pero conocer cómo piensa da una primera idea de cómo es la persona. Ahora bien, el reto que tiene por delante la ministra Alva no es fácil, sobre todo porque se desconoce si tiene experiencia de manejo político frente a los reclamos y las mayores demandas de gasto que seguramente deberá enfrentar.

A ella le toca revertir las expectativas económicas negativas que la crisis política ha generado y disminuir la incertidumbre entre la ciudadanía e inversionistas. Para ello, lo primero será abocarse a la aprobación de la Ley de Presupuesto Público 2020, que ya no pasará por el pleno del Congreso. Esta labor no debería ser compleja, dada su experiencia como directora general del Presupuesto Público, pero implicará un trabajo de filigrana para decir no a las exigencias de los gobiernos regionales o locales e incluso de algunos colegas del Gabinete.

Otro aspecto clave será darle continuidad al Plan Nacional de Competitividad y al Plan Nacional de Infraestructura. Seguramente, algunas de las medidas planteadas en ambos casos se podrán aprobar por decreto de urgencia, aunque deberá actuar con prudencia sin dejar de intentar los consensos necesarios.

Pero el mayor reto de Alva será mantener los fundamentos macroeconómicos y no ceder a las presiones populistas, sobre todo luego que el premier anunció una actualización de las políticas sociales, aunque sin definir lo que eso implica.

Serán aproximadamente cuatro meses en los que el Gobierno podrá poner en marcha sus propuestas sin tener la oposición del Parlamento. Usar ese poder en materia económica, de manera prudente y responsable, queda en manos de la nueva titular del MEF.

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