Secretario general de Somos Perú insistió en atacar frontalmente la corrupción y la inseguridad ciudadana. (Foto: Agencia Andina)
Secretario general de Somos Perú insistió en atacar frontalmente la corrupción y la inseguridad ciudadana. (Foto: Agencia Andina)

INSEGURIDAD CIUDADANA. Cada día, los peruanos se levantan viendo imágenes de asaltos, de intentos de secuestro, de violencia, y otras situaciones similares que englobamos bajo el concepto de inseguridad ciudadana. Lamentablemente, la reiteración de estos hechos ha generado que pasen a formar parte de la cotidianidad, lo que en algunos casos lleva a minimizar la responsabilidad de las autoridades en estos hechos.

La última encuesta del INEI sobre inseguridad señala que el 86% de peruanos cree que será víctima del crimen en próximos 12 meses, mientras que un 13.4% fue víctima de robo de dinero, cartera o celular, en los últimos seis meses, una cifra que va en aumento al igual que el robo de vehículos, el secuestro y el maltrato. También el nivel de violencia en los asaltos ha aumentado, porque prácticamente se asesina por robar un celular.

Es verdad que la policía hace sus esfuerzos, es más, según el INEI el 25.5% de peruanos siente que la policía lo protege, pero la realidad evidencia que ha terminado rebasada. Si bien hace unas semanas se incorporaron 6 mil nuevos policías—y 4 mil de ellos patrullarán las calles—, el ministro del Interior ha reconocido que existe un déficit de 30 mil policías, una cifra que difícilmente podrá ser cubierta en el corto plazo.

El Gobierno no mantiene una política consistente de cara al ciudadano, el ministro del Interior luego de tener una presencia mediática muy alta ahora parece haber pasado a un segundo plano. Se da información de los delitos, o de algunas capturas, pero no se le hace seguimiento al caso para que la población sepa en qué parte de la cadena se rompe la lucha contra la delincuencia.

El Congreso también ha abdicado de su labor. No convoca al ministro del Interior para recabar información, y si bien no se requieren mayores leyes, sí debería cumplir su función fiscalizadora de la labor del Ejecutivo. Por el contrario, los parlamentarios parecen tener una agenda muy alejada de los temas de interés inmediato de la ciudadanía.

Las cifras del INEI muestran que la población ha cambiado sus hábitos debido al incremento de la inseguridad, lo que implica que los ciudadanos se están acostumbrando a vivir con la delincuencia y eso no puede ni debe suceder. Esta situación requiere un trabajo coordinado y más eficiente entre los municipios, la policía y el sistema judicial, de lo contrario el Perú podría terminar siendo uno de los países más peligrosos de la región.