La Junta Nacional de Justicia (JNJ) reemplazará al desactivado Consejo Nacional de la Magistratura (CNM). (Foto: GEC)
La Junta Nacional de Justicia (JNJ) reemplazará al desactivado Consejo Nacional de la Magistratura (CNM). (Foto: GEC)

JNJ. Desde que se presentó el proyecto de ley para la creación de la Junta Nacional de Justicia, entidad encargada de reemplazar al Consejo Nacional de la Magistratura, las críticas estuvieron a la orden del día. El mayor cuestionamiento era la premura impuesta por el Ejecutivo para la aprobación de la norma. Es cierto que era necesario contar con una entidad que se encargara de nombrar y remover a jueces y fiscales, pero dado lo que sucedió con el CNM era más importante asegurar que esa reforma cumpliera con todos los requisitos para ser buena.

Justamente, la crítica más importante, entre las varias que se plantearon, era la necesidad de tomarse un mayor tiempo para escuchar comentarios de especialistas y evaluar los cambios. Aun así, la propuesta se aprobó por 112 votos a favor y ningún voto en contra en el Congreso, bajo la presión del presidente Vizcarra.

La puesta en marcha de la JNJ no ha estado exenta de problemas, desde la idoneidad de quienes ahora detentan los cargos de los seleccionadores, pasando por la calidad de los postulantes, el tipo de examen planteado, hasta el no nombramiento del único candidato que pasó todos los filtros.

Lo sucedido hasta el momento hace patente que cuando solo se busca aprovechar los momentos políticos y no hay convencimiento de lo que se necesita hacer, las cosas no salen bien. A casi un año de iniciado este proceso de reforma, la JNJ todavía está sin integrantes, pero lo acontecido en este caso debe servir como alerta de lo que podría suceder con la reforma política, que si bien también es una reforma necesaria, debe debatirse ampliamente, pues cambiar procesos que llevan muchos años de vigencia no puede hacerse en menos de un mes o bajo amenazas y consignas, ya sean del Gobierno o de las bancadas del Congreso.

En el caso de la JNJ, el proceso ha sido puesto en duda y la sombra de la ineficiencia se cierne sobre la comisión, por lo que tendrán un trabajo cuesta arriba para volver a realizar una convocatoria que no caiga en los mismos errores, pero también se debe estar atentos a la filtración de información, pues el oportunismo con que se informó del caso de Pedro Patrón hace pensar más en intereses políticos de ciertos sectores y no en una verdadera preocupación por la transparencia del caso.

Esta podría ser la hora para que la JNJ reconozca que cometió un error, que mejore sus filtros y, de ser necesario, se dé un paso atrás y se revise toda la normativa que la creó.

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