EJECUTIVO. El presidente Martín Vizcarra ha ofrecido que antes de fin de mes el Gabinete presentará su plan de trabajo, el cual debe contener la política general de gobierno para los próximos meses. El premier Zeballos ha planteado que, al no haber pleno del Congreso, este podría ser presentado ante el Acuerdo Nacional.

Más allá de frente a quién se presente, conocer el contenido de este plan será importante, pues permitirá descubrir en qué temas pondrá su mayor esfuerzo el Gobierno. La tentación de asumir medidas populistas siempre está a flor de piel y hoy que la región está convulsionada hay el temor de que el mandatario pueda estar más animado para hacerlo, olvidando que el populismo genera réditos en el corto plazo, pero el costo para el país siempre es de largo plazo.

Uno de los primeros anuncios que han encendido las alarmas es la propuesta de ampliar la cobertura del SIS a cuatro millones más de personas sin tomar en cuenta su nivel socieconómico. Es verdad que el acceso a la salud es un derecho universal y el Gobierno debería apostar que se cumpla, pero en un país donde la recaudación de impuestos es tan baja, lo más adecuado es priorizar y hacer que quienes no cuentan con recursos reciban un acceso total gratuito y quienes sí puedan pagar lo hagan en función a sus capacidades.

Si bien el Gobierno está facultado a usar decretos de urgencia para dictar las normas que requiere, debería evaluar en qué casos la urgencia es necesaria y en qué otras situaciones puede esperar hasta el nuevo Parlamento. Casos como el desarrollo del Plan Nacional de Competitividad o el Plan Nacional de Infraestructura sí deberían ser prioritarios, y quizás temas como la venta obligatoria de medicamentos genéricos podrían requerir de mayor análisis

Apostar por la vivienda social también es importante en un país con tanto déficit habitacional, y si bien la decisión de redireccionar recursos para programas, como el Fondo Mivivienda y Techo Propio, debe ser analizada con mucho cuidado, si el MEF valida esta opción podría sugerirla también para otros proyectos, que al igual que la construcción puedan tener un impacto productivo.

En los próximos cuatro meses el Gobierno deberá demostrar, no solo que el Parlamento era la piedra en el zapato que no lo dejaba avanzar, sino que tendrá que evidenciar que puede evitar que el deseo de mantener su nivel de aprobación lo lleve a adoptar medidas populistas.