MIRANDO AL VECINO. Argentina sufre una de sus peores crisis en sus mercados financieros tras los sorpresivos resultados de las elecciones primarias del domingo pasado.
Tal como se esperaba, la alianza opositora de Alberto Fernández se impuso en los comicios primarios, lo que no se esperaba era la amplia ventaja sobre el actual presidente argentino Mauricio Macri, que va en busca de una reelección, ambición que parece haberse frustrado a la luz de los resultados (48% y 32%, respectivamente).
Los mercados esperan que las elecciones presidenciales argentinas se definan en una segunda vuelta, pero un balotaje ya no sería necesario si se repiten en octubre los resultados del domingo pasado. Según la legislación rioplatense, un candidato es electo si obtiene un 45% de los votos, o un 40% de ellos con una ventaja de 10 puntos sobre su más cercano competidor.
La posibilidad del fin del gobierno Macri y el posible retorno de políticas intervencionistas, con controles de precios y del dólar, derrumbaron inmediatamente la bolsa del país e impulsaron al billete verde y al riesgo país. La bolsa registró la segunda peor caída diaria mundial en la historia y la deuda del país es ahora la segunda más riesgosa del mundo, solo debajo de Venezuela.
Pero Macri, dispuesto a mantenerse en carrera para su reelección, acaba de anunciar un alza de salario mínimo, recorte de impuestos, bonos excepcionales para los trabajadores públicos y congelamiento de la gasolina por 90 días.
Asimismo, el presidente ha hecho un llamado al diálogo y al consenso a la oposición, que tiene como candidata a la vicepresidencia a la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner. Pero parece poco probable que este sea acogido, ya que justamente el distanciamiento de políticas económicas esperadas es lo que ha impulsado a Fernández. Y pueda que mientras peor sea la situación económica previa a las elecciones de octubre, mayor puede ser la ventaja para el candidato kirchnerista.
Sin embargo, la debacle de los mercados amerita que el ahora claro favorito a ser presidente abandone cualquier cálculo político y ofrezca mayores luces sobre sus planes económicos que ayuden a mitigar la incertidumbre sobre la alicaída economía argentina.
En momentos de mayor incertidumbre mundial y de aversión al riesgo, lo peor que podría pasarle a Argentina es experimentar con recetas que ya se demostraron que no son sostenibles ni funcionan. Y que fueron el rechazo a esas mismas medidas las que pusieron a Macri en la presidencia.