VIAJES. La presidenta Dina Boluarte llegó este miércoles a Estados Unidos para asistir a la primera cumbre de líderes de la Alianza de las Américas para la Prosperidad Económica (APEP), así como a varios encuentros diplomáticos y con empresarios que se llevaron a cabo paralelamente. Junto con Boluarte están presentes en el evento la mayoría de jefes de Estado o de Gobierno de los países que integran esta alianza económica y comercial, que agrupa a Barbados, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, México, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay.

Si bien la asistencia de Boluarte a este evento ha sido cuestionada por cierto sector de la opinión pública, esta vez nos toca estar de acuerdo con el Ejecutivo. Y es que la asistencia de quien sea que esté ocupando el cargo de presidente a este tipo de encuentros de alto nivel es crucial para proyectar confianza en nuestro país, así como un clima de estabilidad y normalidad. Además, la influencia que pueda lograr cualquier otro funcionario de menor nivel en las reuniones que surgen en estos eventos es mucho más limitada.

De hecho, esta cumbre en particular podría tener una relevancia geopolítica especial, considerando la preocupación de Estados Unidos en el creciente nivel de inversión china en el Perú, recientemente expresada por un funcionario anónimo del Gobierno estadounidense al Financial Times. No obstante, al cierre de esta edición, no se había confirmado aún si finalmente se llevaría a cabo una reunión bilateral entre Boluarte y Joe Biden.

Dicho todo lo anterior, en lo que ciertamente tienen razón los críticos de este viaje presidencial es que tampoco deberían exagerarse las expectativas de qué es lo que se puede lograr, como por momentos ha hecho el Ejecutivo, y ciertamente sería deseable que estas citas se planifiquen con mayor cuidado y antelación. El permiso al Congreso para este viaje, por ejemplo, recién fue solicitado este lunes, pese a que la fecha de la cita se conocía desde mucho antes.

Es presumiblemente producto del mismo problema el que no se haya confirmado hasta el final la cita entre Boluarte y Biden, pese a que otros países sí lograron coordinar una reunión bilateral con el mandatario norteamericano. Y también parece haber sido falta de planificación lo que impidió que el Gobierno lleve consigo a una delegación de empresarios de varios sectores para que acudan a los encuentros sobre inversión, pese a que inicialmente estuvo en los planes.

Es positivo que la presidenta haya acudido a esta cumbre y será importante que siga asistiendo a eventos similares en el futuro, pero es clave que estas citas se preparen con el suficiente cuidado y antelación. De lo contrario, será difícil que rindan frutos