INCERTIDUMBRE. El presidente Vizcarra volvió a extender la cuarentena por quince días más. Sin embargo, siguiendo el plan de reinicio de operaciones, la ministra de la Producción, Rocío Barrios estima que esta semana 2,000 empresas —de los rubros de textil y confecciones, comercio electrónico y restaurantes— pueden retomar sus actividades.

El plan implica que determinados sectores en los próximos cuatro meses se incorporen poco a poco a la actividad económica. Sin embargo, es claro que este esquema de reactivación es necesario, pero no suficiente para reencaminar al país. La realidad es que para algunas actividades la única salida será la reconversión, pues por más ayuda que el Gobierno intente brindar su recuperación se dará solo en el largo plazo.

La complicada situación económica por la que está atravesando el Perú incluye Estado, empresas y personas —Bruno Seminario señala en nuestra edición de hoy que comparado con igual mes del año pasado la caída del PBI en abril fue de 40%— y lo cierto es que en varios sectores la crisis se agravará aún más antes de recuperar el crecimiento.

En los próximos meses se espera un mayor nivel de desempleo y un crecimiento de la informalidad. Estos aspectos deberán ser evaluados por el Ejecutivo para elaborar los planes a corto y mediano plazo que requerirá el país y de los cuáles aún no sabemos nada. Sobre todo, si como dice Seminario, aun en el escenario optimista la economía caería 16% este año.

Para afrontar los problemas actuales que afectan a las empresas y a la población vulnerable el Gobierno ha echado mano de los recursos que tenía el Estado, aun así, no ha logrado llegar a todos los sectores ni cumplir con los planificado. Solo en el caso del primer bono más de medio millón de beneficiarios aun no logran recibirlo. A pesar de las buenas finanzas del país ya es tiempo que se sinceren las cuentas y se establezca primero cuánto más podrían gastar y, lo que es más importante aún, cómo se hará para recuperar el dinero gastado.

No se trata de más impuestos sino de buscar soluciones creativas y que tengan como base reducir la informalidad que ha sido uno de los grandes inconvenientes en la lucha contra la pandemia. La pregunta del millón es cómo hará el Ejecutivo para resolver un problema que afecta al país desde hace varios años y que en tiempos de estabilidad no pudo resolver. ¿El Gabinete actual tiene la capacidad para lograrlo? ¿Informará su estrategia y terminará con la incertidumbre? . Si el premier Zevallos acude al Congreso para buscar el voto de confianza, tendrá la oportunidad de hacerlo.

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