Gastronomía.  (Foto: AFP)
Gastronomía. (Foto: AFP)

CAMBIOS. Por lo menos en el papel, el reinicio de 27 actividades económicas en cuatro sectores ya está en marcha, luego de un par de semanas de análisis de riesgos sanitarios, de impacto en el empleo y de otras variables entre las que no habría faltado la política. Lamentablemente, esas definiciones debieron hacerse ni bien se declaró el estado de emergencia –que está vigente desde el 16 de marzo–, pero el Gabinete no estuvo consciente, al principio, que la reactivación iba a requerir de una planificación detallada y calendarizada.

Lo que ahora falta para que las empresas incluidas en el primer grupo retomen sus operaciones es que las entidades encargadas de la verificación y autorización (ministerios y municipios, principalmente), completen la elaboración de los protocolos de salubridad. Como es lógico, tales protocolos no serán los mismos para todos los casos, pero eso no significa que se tengan que esperar semanas para que puedan aplicarse.

Dado que el Perú es un país de sibaritas, la atención de consumidores y medios se ha enfocado en la reapertura de restaurantes. También ha sido el centro de la polémica, pues solo se autorizó el recojo en el local y la entrega a domicilio por personal propio –el servicio en mesa, por ahora, no va–, lo que significa que las plataformas de delivery por aplicativo están excluidas. Los voceros escogidos para explicar estas medidas –los ministros de Trabajo y de Comercio Exterior– no han sido claros en la justificación.

Su argumento base era que las apps de delivery no estaban reguladas, olvidando que la responsabilidad de regular es del Ejecutivo. Sin embargo, las recientes declaraciones de la ministra de la Producción, Rocío Barrios, muestran que ya se dieron cuenta de su error.

En países de Europa, el delivery (bajo cualquier forma) fue considerado un servicio esencial cuando se decretaron las cuarentenas, de modo que no paralizó sus actividades. Aunque en el Perú el negocio está centrado en el rubro gastronómico, si se tiene en cuenta que también se reiniciarán otras actividades comerciales, se hace necesario regular las apps por delivery.

En una crisis que no terminará en muchos meses, no se puede esperar a una nueva legislación laboral, como ha mencionado la ministra de Trabajo, para aclarar el asunto. Pero sí se pueden establecer requisitos adicionales a las empresas de delivery que brinden seguridad, no solo a los usuarios sino también a sus trabajadores, como protocolos de sanidad y un seguro de vida o de riesgo.