Editorial de Gestión. ¿No sería mejor que el Gobierno busque un acercamiento con el Congreso para no terminar con leyes que luego son observadas? (Foto: Sepres)
Editorial de Gestión. ¿No sería mejor que el Gobierno busque un acercamiento con el Congreso para no terminar con leyes que luego son observadas? (Foto: Sepres)

DIÁLOGO SELECTIVO. En momentos en que el presidente Martín Vizcarra insiste en avanzar en el diálogo a través de Pacto Perú, el último reporte sobre conflictos sociales de la Defensoría del Pueblo muestra que de los 192 conflictos sociales existentes, solo en 92 existe un proceso de diálogo, cifra que no cubre ni siquiera el total de los casos activos (142).

Resulta contradictorio que el Gobierno elija los espacios o los temas en los que busca fomentar los acuerdos. Los conflictos sociales, sobre todo los socioambientales, son uno de los principales escollos a la inversión privada y, precisamente, uno de los puntos que se pretende debatir en el Pacto Perú es “promover el crecimiento económico sostenible y las inversiones”. ¿Un hecho concreto para esta promoción no sería abocarse a resolver los conflictos sociales pendientes o por lo menos intentarlo?

Conseguir que todas las fuerzas políticas logren consensuar una agenda de puntos básicos que cualquiera aplique de convertirse en gobierno es una quimera. Pues si bien todos están de acuerdo en, por ejemplo, “garantizar la calidad educativa”, lo cierto es que seguramente las acciones concretas para conseguirlo serán muy diferentes si Podemos llega a la presidencia o si lo hace el Frepap.

Además, el Acuerdo Nacional ya cuenta con cuatro objetivos generales -que incluyen los puntos establecidos en el Pacto Perú-, con metas, indicadores e, incluso, propuestas normativas y, lamentablemente, este escenario solo se ha utilizado cuando los diferentes gobiernos han estado en situaciones complicadas y necesitaban una foto que les diera tranquilidad.

El diálogo entre las fuerzas políticas siempre es bienvenido, más aún cuando el próximo Gobierno asumirá en un escenario muy complicado, tanto a nivel externo como interno. Pero si el diálogo solo establece lugares comunes le será útil al mandatario, o a algunas fuerzas políticas, pero no le sirve al país.

Diálogo efectivo, que produzca frutos, que se traduzca en hechos y acciones concretas, es lo único que sirve, pero tampoco resulta lógico que estos consensos se busquen en algunos escenarios y otros no. ¿No sería mejor que el Gobierno busque un acercamiento con el Congreso para no terminar con leyes que luego son observadas? ¿Qué tal si consigue ponerle un buen final a los 92 conflictos en los que ya hay diálogo, dado que muchos de ellos tienen más de dos o tres años e, incluso, hay algunos que se iniciaron en el 2005?

Buscar el diálogo es fácil, conseguir resultados es lo difícil.