
Domingo 22 de octubre del 2017: el entonces presidente, Pedro Pablo Kuczynski, sobrevolaba una desierta ciudad de Lima, mientras que abajo –en todo el país–, las dificultades que enfrentaban los encuestadores del XII Censo de Población y VII de Vivienda, iban en aumento. Los casos más sonados fueron de edificios multifamiliares que en los registros del INEI figuraban como casas o terrenos, lo que generó serios problemas logísticos. En ese entonces, pero en otros países, los censos ya se realizaban con metodologías modernas, de modo que la inamovilidad decretada en el nuestro fue arcaica, y perjudicial para la economía.
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Ya no volverá a ocurrir, porque el XII Censo de Población y VIII de Vivienda se está realizando en un periodo de casi tres meses –arrancaron el lunes de la semana pasada y culminarán el 31 de octubre–. Además, los cuestionarios no son de papel ni llenados a mano, sino que cada censista cuenta con una tablet: los datos son transmitidos en tiempo real a los servidores del INEI, donde quedan encriptados. Y si alguna tablet es robada, la información que contiene será borrada de manera remota. Tampoco habrá riesgo de encontrarse con edificios donde antes no los hubo porque, el año pasado, el INEI realizó un “precenso”, requisito que no se tomó en cuenta la vez anterior.
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Asimismo, dado que el periodo censal será prolongado, no fue necesario convocar a unas 600,000 personas sino que se ha contratado a alrededor de 40,000, lo que facilitó su capacitación. El presupuesto asignado al INEI asciende a S/ 492 millones y, considerando que la metodología censal utilizada está acorde con los tiempos, será dinero eficazmente gastado. No obstante, su verdadera utilidad solo podrá aprovecharse si las entidades del Estado toman en cuenta los resultados de la encuesta para que las políticas sociales y económicas estén en concordancia con la realidad y las necesidades de los peruanos.
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Con respecto al cuestionario, hay 67 preguntas (20 más que en el anterior). La referida a identidad étnica/cultural tiene dos opciones adicionales (nikkei y tusán), aunque permanecen las binarias para sexo (hombre o mujer) y las parejas del mismo sexo no podrán contestar si están casadas –en ciertos temas, seguimos muy rezagados–. No debemos olvidar que, en simultáneo con los censos de población y vivienda, se lleva a cabo el IV Censo de Comunidades Indígenas, cuyo cuestionario aborda muchos de los problemas que hoy enfrentan, como tala ilegal, minería ilegal/informal, violencia contra la mujer o trabajo infantil.