Preguntas sin resolver

CORRUPCIÓN. Desde que el equipo dirigido por la fiscal Marita Barreto anunciara el allanamiento de la oficina y detención de Jaime Villanueva, exasesor de la exfiscal de la Nación Patricia Benavides, como parte de la ‘Operación Valquiria V’, se ha venido destapando una situación que cada vez parece más grave.

Lo que ya se sabía, y siempre resultó sospechoso, era que poco después de ser nombrada fiscal de la Nación, Benavides haya removido a la fiscal Bersabeth Revilla, quien venía investigando a Enma Benavides –hermana de la exfiscal de la Nación– por un caso de supuestos sobornos de investigados por narcotráfico. El fiscal que Benavides colocó en reemplazo de Revilla, Uriel Terán, solicitó poco después el archivamiento de ese caso (aunque la Procuraduría se opuso, y solo por eso esa investigación sigue abierta).

Las más recientes revelaciones, no obstante, no solo han agravado el panorama, sino que han vinculado este caso con otros escándalos. Apoyados en las declaraciones de Villanueva, los chats que se encontraron en su teléfono (ya reconocidos por este), las declaraciones de otros testigos (como el exchofer de Benavides, quien proporcionó datos sus trayectos, y el fiscal Guillermo Silva Loli, sindicado como el ‘topo’ de Benavides en el equipo de Barreto), así como en la corroboración de varios hechos (como fechas de votaciones y archivamientos de casos), la tesis fiscal es que Benavides habría utilizado su cargo para lograr beneficios para ella y sus allegados, a cambio de archivar investigaciones contra congresistas. Específicamente, contra varios ‘niños’ y ‘mochasueldos’, entre otros.

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De hecho, fue investigando a Castillo y a los ‘niños’ que Barreto habría llegado a Benavides. En diciembre del 2022, la exfiscal de Nación ignoró el pedido de Barreto de solicitar la detención preliminar de seis ‘niños’. En junio, Benavides archivó la denuncia contra 40 congresistas sindicados como parte de ese grupo. Cinco días después, el Congreso inhabilitó a Zoraida Ávalos, algo que, según Villanueva, había sido solicitado por Benavides.

Para el equipo de Barreto, Benavides habría impulsado la salida de Ávalos y la remoción de los miembros de la JNJ para evitar que esta última la sancione por el caso de su hermana. Además, habría intercedido también en la elección del defensor del Pueblo, pues este último preside la comisión que elegiría a los nuevos miembros de la JNJ.

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Si Benavides fuese la víctima de una investigación injusta, ¿por qué no ha podido dar hasta ahora una explicación razonable y coherente sobre el caso de su hermana? ¿Por qué ignoró el pedido de encarcelamiento contra los ‘niños’ y luego archivó sus casos? ¿Y qué justifica que haya intentado cesar a Barreto tras enterarse de todo esto? Sin duda, Benavides y su entorno tienen mucho que responder.