
Escribe: Pia Zevallos, gerente general de Libélula
La divulgación sobre el impacto climático obliga a las empresas a comprender y cuantificar sus riesgos, tanto los físicos –como sequías o inundaciones–, como los de transición, como cambios en políticas o tecnología. Este ejercicio no solo permite prepararse mejor para el futuro, sino que también evidencia oportunidades de negocio. Un reciente estudio de CDP, plataforma global independiente de divulgación, revela que las empresas pueden obtener hasta 21 veces más de retorno por cada dólar invertido en la mitigación de riesgos físicos derivados del cambio climático (CDP, 2025).
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Si bien el estudio ofrece un análisis global, en Latinoamérica y el Perú la divulgación climática es una tendencia en aumento, acompañada de oportunidades financieras concretas, como el acceso a créditos verdes o la emisión de bonos verdes, instrumentos de deuda cuyos fondos están destinados a financiar proyectos de energía renovable, transporte limpio, edificios verdes, manejo de residuos y adaptación al cambio climático (BRC, 2022). Los bonos verdes tuvieron un volumen acumulado de US$ 1,100 millones a abril del 2022 (Climate Bond Initiative, 2022). El Minam ha cuantificado que para el 2030, la movilización de recursos verdes en el país podría llegar a los US$ 5,800 millones, el 3.1% del PBI (Minam, 2022).

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La divulgación climática fortalece la reputación y la confianza de cara a los inversores, quienes son cada vez más conscientes de los riesgos y utilizan esta información para tomar decisiones de inversión. De la misma manera, los consumidores valoran la transparencia y prefieren marcas que demuestran un compromiso real con la sostenibilidad. Finalmente, el proceso de divulgar genera valor interno, permitiendo identificar ineficiencias y oportunidades para reducir costos.
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La creciente presión de inversores, reguladores y consumidores, ha puesto al cambio climático en el centro de la agenda corporativa. En junio del 2023, el Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad (ISSB, por sus siglas en inglés) publicó la NIIF S1, que establece requerimientos generales respecto a sostenibilidad, y la NIIF 2, que se enfoca en la divulgación de información relacionada con el clima. De esta manera se inicia una nueva era de información relacionada con la sostenibilidad en los mercados de capitales (EY, 2023). Estas normas se irán volviendo obligatorias de manera paulatina. En el caso de Colombia, ya lo son.
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En definitiva, la divulgación climática no es una moda, sino un pilar fundamental para la sostenibilidad y el éxito a largo plazo. No es solo una cuestión de responsabilidad, sino una estrategia inteligente para construir un futuro más próspero. La divulgación es la base para construir una marca fuerte y resiliente en un mundo que demanda acción. Las empresas que hoy miden y reportan indicadores climáticos clave como su huella de carbono, mañana estarán liderando el mercado con soluciones sostenibles.
