Escribe: Claudia Alfaro, cofundadora de Kaudal
El término “transformación digital” nos ha acompañado por muchos años, y la pregunta recurrente suele ser: ¿Cuándo terminará de implementarse? La realidad es que, mientras la tecnología continúe avanzando a pasos agigantados, las organizaciones deberán transformarse constantemente para adaptarse a las nuevas herramientas y dinámicas.
Automatizar procesos y adoptar tecnologías no debería ser visto solo como un reto para los departamentos de TI. Es, sobre todo, una oportunidad para que cada colaborador, independientemente de su rol, se convierta en un agente de cambio y un generador de valor.
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En este contexto, el 2025 se presenta como un año clave para dar el salto hacia un modelo de trabajo más eficiente e integrado tecnológicamente. Por ello, he recopilado 10 razones esenciales que destacan por qué es fundamental que los colaboradores adopten la automatización en su día a día, avanzando así hacia la transformación digital de manera significativa.
- Ahorro de tiempo significativo: Según el estudio realizado por Kaudal a más de 2,500 colaboradores de empresas, cada colaborador podría ahorrar hasta 20 semanas al año en promedio, al automatizar tareas repetitivas en su día a día, equivalente a desbloquear tiempo para actividades de mayor impacto estratégico.
- Reducción del agotamiento laboral: Liberarse de tareas tediosas y repetitivas mejora el bienestar de los colaboradores, disminuyendo el estrés y aumentando la satisfacción laboral.
- Crecimiento profesional de los colaboradores: Al aprender a automatizar tareas, los colaboradores desarrollan habilidades digitales que son demandadas, por lo que mejoran su empleabilidad y motivación.
- Aligerar la carga del área de TI: Solo el 20% de los requerimientos enviados al área de tecnología se pueden atender, ya que estas suelen priorizar proyectos estratégicos. Automatizar tareas permite resolver problemas de forma ágil y directa sin saturar a TI.
- Adaptación a las demandas del mercado: Las empresas que logran integrar tecnología en todos los niveles son más ágiles, lo que les permite responder rápidamente a cambios del mercado y aprovechar oportunidades antes que sus competidores.
- Mayor eficiencia operativa: Las herramientas de automatización eliminan errores humanos comunes en procesos manuales, asegurando mayor precisión y consistencia en el trabajo.
- Democratización de la innovación: Al capacitar a los colaboradores en tecnología no-code o low-code, cualquier miembro del equipo puede convertirse en un innovador dentro de su área, sin depender exclusivamente de expertos técnicos.
- Fomenta una cultura de mejora continua: Automatizar tareas promueve una mentalidad de optimización, donde los colaboradores buscan constantemente nuevas formas de hacer su trabajo de manera más eficiente.
- Preparación para el futuro: La inteligencia artificial y la automatización ya están remodelando industrias. Adoptar estas tecnologías desde ahora posiciona a las empresas y a sus empleados como líderes en un entorno laboral cambiante.
- Impacto en los resultados de negocio: Más eficiencia en los procesos internos se traduce en reducción de costos, mayor productividad y la capacidad de enfocarse en estrategias de largo plazo, lo que impulsa directamente el crecimiento del negocio.
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A veces, darle tal control a los colaboradores puede parecer descabellado y desordenado, pero la realidad es que se puede empezar de manera gradual, con lineamientos claros y objetivos específicos. Es posible identificar espacios seguros para la experimentación y establecer un camino controlado hacia la adopción tecnológica.
Un buen punto de partida podría ser siguiendo estos tres pasos:
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- Identificar las tareas invisibles. Hay que medir el potencial de automatización en tareas repetitivas, ayudando a las empresas a detectar oportunidades que a menudo pasan desapercibidas.
- Empezar en pequeño y con lo fácil. Iniciar con las personas motivadas y que sí quieran hacer las cosas distintas, así como identificar pequeños casos de uso de como “quick wins” que puedan inspirar y crear confianza en la organización y a nuevos grupos de personas que quieran participar.
- Establecer lineamientos iniciales. Hay que delinear la cancha de juego. Si aún se considera que hay áreas que son “frágiles”, es mejor delimitar las áreas donde sí se puede experimentar. Lo más importante es que de igual manera se de un espacio para hacerlo.
Siguiendo estos pasos, las empresas pueden construir una cultura de mejora continua y dar forma a un ecosistema donde la tecnología no solo está centralizada en el área de TI, sino que se alimenta del talento y las ideas de toda la organización. Así, en lugar de enfrentar un cambio, se transforma en un motor colectivo de innovación.
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