Petroperú se llama a sí mismo “actor estratégico” del sector hidrocarburos. Lo hace en sus comunicaciones y, así, justifica los aportes de capital de miles de millones de soles que el Estado se ve obligado a darle para su sobrevivencia, en aras de su “fortalecimiento” en ese rol. El papel, sin duda, lo aguanta todo. Porque de “estratégico” tiene poco o nada, si consideramos el vector clave de cualquier estrategia: según la RAE, la búsqueda de “una decisión óptima en cada momento” y, según cualquier texto de management, la búsqueda de la sosteniblidad del negocio en el largo plazo, anclada en decisiones que son profundas y difíciles de revertir, dada su naturaleza medular.