Miembro de WCD
Una de las cualidades de un buen director es su habilidad para enfocarse rápidamente en lo más relevante para la empresa, separándolo de aspectos que no son críticos.
Entre los aspectos relevantes que debe tenerse muy presente es la reputación de la empresa, muy ligada al cumplimiento de la ley, pero que va mucho más allá de eso y se construye promoviendo una cultura de responsabilidad e integridad.
Para esto, se requiere establecer procesos claros y controles, para poder evidenciar el cumplimiento escrupuloso de las normas así como prevenir la comisión de delitos dentro de la empresa.
De eso se trata el Compliance. La implementación del Modelo de Compliance nos permite mitigar y prevenir los riesgos a los que se encuentra expuesta la empresa; en los últimos años ha cobrado mayor relevancia ante el riesgo de que la empresa pueda ser imputada de algún delito.
¿Qué rol juega la cultura de una empresa en esto? Hay muchas definiciones de cultura, pero me quedo con la que la define como “lo que hacemos cuando nadie nos mira.” Esta sencilla frase implica hacer lo que hacemos porque estamos convencidos de que es la mejor forma de proceder.
En sociedades cada vez más polarizadas, lograr una cultura de comportamiento ético compartido implica un trabajo de liderazgo desde lo más alto de la organización. Implica saber comunicar y formar continuamente, pero sobre todo dar el ejemplo.
Ser un modelo que seguir. Apoyar a los colaboradores cuando tengan dudas o transmitan inquietudes y ser proactivo, buscando oportunidades para debatir sobre la aplicación práctica de las normas de conducta del Código de Ética en las decisiones sobre los negocios.
No es una tarea fácil, pues en el día a día surgirán diversos dilemas que se resolverán positivamente si tenemos una cultura sólida plasmada en un Código de Ética que no sea reglamentarista, sino más bien que describa con claridad las conductas deseadas, promoviendo el respeto y la integridad.
Esto puede complementarse con otros reglamentos de acuerdo con las características de cada organización y la criticidad de determinados grupos de interés para la empresa.
Por ejemplo, el Directorio podría evaluar implementar normas sobre: Debida Diligencia con Terceras Partes para cuidar la calidad de sus socios y proveedores; Gestión de Conflictos de Intereses, que pueden surgir en diversos niveles de la organización; Gestión de Regalos y Atenciones; Gestión de la Inversión Social y claves para gestionar la relación con funcionarios públicos.
Para que la cultura se impregne, es necesaria la consistencia. Que no quede duda de que hay líneas que no se deben cruzar.
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