
Escribe: Elaine King, CFP y CEO de Family and Money Matters Institute
No sé si a ti te ha pasado, pero a mí me ha tocado vivir “sismos” de todo tipo. Desde un terremoto que me dejó sin luz por varios días, hasta un conflicto familiar que me sacudió emocionalmente por dentro.
En ambos casos, entendí algo importante: no basta con tener bienes, hay que saber protegerlos… y protegernos.
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Muchas personas piensan en planificación solo cuando todo está bien, pero justamente es en los momentos difíciles cuando más valor tiene haber anticipado. Por eso hoy quiero compartirte tres estrategias que uso con mis clientes –y en mi propia vida– para estar preparados cuando el movimiento viene desde afuera (como un desastre natural) o desde adentro (una crisis personal).

La primera estrategia es la protección de activos. Es impresionante la cantidad de personas que tienen propiedades, pero no han revisado si sus títulos están actualizados, si el seguro de hogar realmente cubre terremoto o tsunami (muchas veces no lo hace) o si tienen un plan de respaldo. Recuerdo a un cliente arquitecto en Lima que tenía una casa de playa, pero como estaba a nombre de su empresa, no estaba protegida en caso de litigio. Con un fideicomiso simple, logramos blindar ese activo para su familia.
La segunda es la planificación familiar. Esto no es solo para personas mayores, sino para cualquier profesional con hijos, pareja o familiares dependientes. Verificar que tus beneficiarios estén correctamente registrados en tus seguros, AFP o cuentas de ahorro puede evitarte más de un dolor de cabeza. A una clienta abogada le encontramos el nombre de su exmarido aún como beneficiario en su póliza de vida. ¿Te imaginas? Una revisión a tiempo puede cambiarlo todo.

La tercera estrategia es la más personal: tener un fondo de contingencia, no solo financiero, sino también emocional. Tener entre tres a seis meses de gastos separados en una cuenta de fácil acceso es básico, pero también considerar reservas para gastos inesperados como una mudanza de emergencia o incluso una separación. Un ejecutivo hace varios años me agradeció por insistirle en crear ese fondo; después de un sismo fuerte, tuvo que salir de su casa por semanas y gracias a ese colchón no tuvo que endeudarse.
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Te dejo con este dato: solo un porcentaje reducido de los peruanos cuenta con un fondo de emergencia adecuado, según la SBS. ¿Y tú? Este es un buen momento para hacer una auditoría de tu patrimonio: revisa títulos, beneficiarios, seguros y tu plan de respaldo. Y si necesitas guía, busca a un planificador financiero certificado. Porque no se trata de predecir el próximo temblor, sino de estar listos cuando llegue.