Víctor Velasco
Energy, Marine & Aviation Leader de Marsh JLT Specialty
Estamos viviendo un triple shock para el sector de Oil & Gas en lo que se refiere a seguros, con un mercado asegurador de energía al alza (mercado duro), una demanda de hidrocarburos decreciendo debido al COVID-19 y una sobreproducción de crudo que no ha podido ser compensada por el acuerdo de cortes de producción.
El 9 de marzo del 2020 se llega a niveles mínimos históricos por el anuncio de Arabia Saudita de incrementar producción por la guerra de precios que mantenía con Rusia; y no es sino hasta el 12 de abril de este año donde la OPEP pone fin a este shock acordando el corte de aproximadamente del 10% de la producción mundial (alrededor de 9.7 Millones de barriles diarios) el más grande recorte de producción en la historia.
Paralelamente el Covid-19 se iba extendiendo a todo el mundo, generando que la demanda global de hidrocarburos se redujera en hasta 40% y asimismo que el recorte de producción no sea capaz de compensar el shock de demanda que se generó, llegándose en algún momento, inclusive, a temer por la capacidad de almacenamiento disponible de crudo.
Mercado de seguros de en el sector Energía
Dado lo antes mencionado por el entorno que se está viviendo, entre las principales consecuencias para las empresas de Energía estamos viendo reducciones de personal, trabajo remoto y una alta presión por reducir costos como diferir mantenimientos, mientras que, por otro lado, se presentan los recortes de CAPEX y OPEX.
Adicionalmente, las empresas de Oil&Gas al momento de enfrentar sus renovaciones de coberturas con las aseguradoras se encuentran con un mercado duro, la cual ya venía desde inicio del 2019. Esto último, debido, entre otras cosas, a la altísima siniestralidad acumulada en los últimos 5 años, la cual no pudo ser cubierta por el nivel de primas que se tenía en los casi 12 años de mercado blando. A su vez, teniendo en cuenta que este mercado ya venía presentando cambios a partir de las fusiones de reaseguradores y a la reducción de las capacidades de los mismos parar cada cliente de energía que tenían en cartera.
Es importante mencionar que, el más afectado es el mercado downstream y midstream con alzas promedio de aproximadamente 40% en el costo de los seguros para clientes con nula o baja siniestralidad, mientras que para el upstream las alzas no superan el 10% para las mismas condiciones de siniestralidad.
Cabe recalcar también que, la industria de Energía se reasegura prácticamente en casi 100% en los mercados globales de Londres, Houston, Singapur o Dubai, debido a que las aseguradoras locales y regionales tienen excluidas los riesgos de Energía en sus contratos automáticos de reaseguros.
En consecuencia, a la trilogía de factores antes mencionados ahora los reaseguradores están prestando mucha atención y son muy escrupulosos analizando entre otras cosas:
· La capacidad de resiliencia de las empresas de Energía ante la situación de mercado y COVID-19.
· Mantenimiento del staff mínimo de la empresa sin afectar las condiciones seguras de la operación.
· Que los mantenimientos críticos no sean diferidos.
· Los mantenimientos regulares sean auditados por los ingenieros de riesgos
· Los factores ESG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) están teniendo mayor atención para las decisiones de pricing de los reaseguradores
Finalmente dado el entorno global de las empresas de Energía es que surgen algunas soluciones de cobertura que algunos reaseguradores proponen como, por ejemplo, el seguro “Chrysalys operability” lanzado por 4 reaseguradores globales consorciados, como alternativa o complemento a las coberturas de LOPI (Loss of Production Income) y BI (Lucro Cesante).
La particularidad de este seguro es que cubre la disfunción/deficiencia de los activos para lograr la producción estimada, a diferencia de los seguros antes mencionados que activan sus coberturas luego de un daño físico a los activos declarados en póliza. Asimismo, no tiene periodos de espera o deducibles.
Los reaseguradores de Chrysalis esperan que esta nueva póliza sea usada como una cobertura de producción y para mitigar la impredecibilidad de los ingresos por producción de las compañías de Oil & Gas.