Un primer consejo es relativo a la visibilidad del líder. Tiene que dejar el escritorio y hacerse visible a su gente, si no es presencialmente, por lo menos virtualmente.  (Foto: iStock)
Un primer consejo es relativo a la visibilidad del líder. Tiene que dejar el escritorio y hacerse visible a su gente, si no es presencialmente, por lo menos virtualmente. (Foto: iStock)

Por Alberto Haito

Director – Arellano

Las empresas están enfrentando un escenario muy difícil como consecuencia de los daños macro y micro económicos que está causando el coronavirus. La receta, aprendida a través de varias crisis y reiterada por especialistas es clara: reducción de gastos y costos, foco en el flujo de caja, reevaluación de proyectos de inversión, etc. Todo esto apunta en la dirección correcta pero, ¿Y qué hay de nuestros trabajadores?

Debemos pensar que ellos están confundidos y asustados, ya que están viendo que hay personas cercanas que han perdido el trabajo y otros, quizás ellos mismos, han visto reducidos sus salarios ante medidas de austeridad. Por otro lado, ven el futuro de la empresa y el propio con la incertidumbre propia de estas situaciones.

Y es en estos momentos donde se necesita sacar a relucir lo mejor del liderazgo ya que, al igual que en la guerra, no solo hay que ganarla, sino hacerlo con la menor cantidad de bajas y daños posible. Es por esto que nuestra gente necesita mucha dirección y que la moral se mantenga en alto de forma tal que haya un alineamiento total con los objetivos de la empresa.

Un primer consejo es relativo a la visibilidad del líder. Tiene que dejar el escritorio y hacerse visible a su gente, si no es presencialmente, por lo menos virtualmente.

Un segundo consejo tiene que ver con el mensaje. El líder ahora tiene que hablarles más que nunca, explicando claramente la situación pero siempre dando un mensaje de aliento y de esperanza en el futuro. Para esto deberá explicar las medidas que se están tomando y los resultados que se espera de éstas.

Un tercer consejo es relativo a liderar un cambio en el sistema de remuneraciones. Es conveniente preservar la mayor cantidad de empleos, siendo una de las medidas la reducción voluntaria de salarios. Sin embargo, de cara al futuro la mejor medida es cambiar el sistema de salarios yendo a uno que tenga una proporción variable (y si ya lo tienen aumentarla) de forma tal que se compartan las penurias en épocas como esta, pero también se compartan los buenos resultados que seguramente van a venir en el futuro.