Presidente de la Comisión de Lucha contra el Comercio Ilícito de la SNI
El 2021, Kantar midió trimestralmente el tamaño del comercio ilícito de cigarrillos a nivel nacional, a través de un panel de consumidores que permite generar información precisa sobre el comportamiento de compra a lo largo del tiempo. A este panel, incluso, se le pidió enviar fotos de los productos adquiridos, pues hay quienes confunden las marcas o creen estar consumiendo un producto lícito cuando es ilícito. Los resultados fueron, 46%, 48%, 48% y 51% del consumo total en cada trimestre.
También Datum midió a través de encuestas el consumo de cigarrillos en Lima y Callao en cuatro oportunidades del 2021. Los resultados arrojaron 41.32%, 35.55%, 46.46% y 50.7%, sucesivamente, de penetración ilícita. Medir el comercio ilegal es complejo, pues ningún consumidor ni comerciante acepta que compra o vende algo ilegal. Sin embargo, los resultados y la tendencia son claros: el contrabando de cigarrillos está desbordado y sigue creciendo, ya supera el 50% del mercado total.
En términos de recaudación fiscal, mientras se estima que en el 2019 se recaudaron S/ 649 MM, en 2021 solo fueron S/ 328 MM, incluyendo renta, IGV e ISC (solo en selectivo se ha pasado de S/ 416 MM en 2019 a S/ 230 MM en 2021). Pero el impacto del contrabando alcanza la salud pública, la seguridad ciudadana, la creación de empleo, etc.
Centrémonos en la salud pública. ¿Sabía usted que las personas que compran cigarrillos de contrabando consumen aproximadamente el doble? Miremos la evidencia. Según Macroconsult (2021), los fumadores de marcas ilegales tienden a pagar un precio mucho menor (3x), que les permite adquirir más unidades por compra, lo cual los lleva a consumir más: 5.8 unidades por día de marca ilegal vs. 2.7 unidades por día de marca legal. Una conclusión a la que antes ya había llegado Datum en el 2021, al encontrar que en Lima y Callao los fumadores de marcas de contrabando consumían 6 cigarrillos al día versus 3 de quienes compraban productos legales.
Claramente, el contrabando no solo nos quita millones en recaudación. También incrementa el consumo diario en los fumadores, convirtiendo al ISC de cigarrillos en una norma contra propósito. En vez de desincentivar el consumo, lo fomenta.
Preguntado el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) por el impacto del ISC en el consumo, se limita a señalar que se redujo el consumo total de 2% a 1.2%, según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar entre el 2014 y 2020. Una respuesta que se conforma con encontrar la reducción del consumo total (por cesación o migración al cigarrillo electrónico), pero que no repara en la cantidad consumida por los fumadores.
Por eso, los bodegueros se quejan cuando el MEF ajusta o incrementa el ISC de la categoría. Ellos son testigos de cómo prolifera el consumo ilegal que proviene, sobre todo, de Paraguay, mientras se reducen sus ventas de cigarrillos legales.
Para luchar contra el contrabando no basta con fiscalizar, pues el 2021 se lograron récords históricos de incautaciones, pero aun así el contrabando siguió creciendo. Hay que rediseñar la política tributaria.