
Escribe: Jorge Zapata Ríos, presidente de la Confiep
“La simplicidad es la mayor sofisticación”. La frase se le atribuye a Leonardo da Vinci. En su último mensaje a la Nación, la presidenta tuvo la extraordinaria oportunidad de reinstalar en el país una agenda prodesarrollo. Sin embargo, dicha tribuna no fue debidamente aprovechada, dada la interminable mecanografía del texto y su carencia de orden y estructura para posicionar unos cuantos mensajes clave, más allá del saludable deslinde con aquel sector que sigue soñando con la instalación de la Dictadura del Proletariado en el país.
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Una oportunidad desaprovechada para unir al país contra el crimen
Hay asuntos, como la inseguridad que impera en el país, que por su gravedad tienen la categoría de infaltables, pero más allá de un listado de equipos y de apoyo logístico entregados o por entregarse a la policía, nos hubiera gustado presenciar una tendida de mano a los otros poderes del Estado para trabajar en una adecuada normativa que permita mejorar la cruzada contra la delincuencia y el crimen organizado. Asimismo, era importante dejar establecido –desde la máxima autoridad de la República– que no se va a retroceder en la lucha contra la minería ilegal, actividad que es fuente de violencia y crimen, lo cual también debió ser subrayado por la presidenta.

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¿Dónde quedaron las definiciones sobre los grandes retos económicos?
Otros temas que merecieron definiciones son: la informalidad, la brecha en infraestructura, la salud y la educación, temas en los que la presidenta debió dejar ideas concretas y rumbos marcados. Desde la Confiep llamamos a los poderes del Estado y a los candidatos a la presidencia a que prioricen asuntos que respondan a las verdaderas necesidades del país ante desafíos estructurales como los mencionados, que siguen sin resolverse:
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- Los millones de trabajadores que operan en la informalidad y que no cuentan con derechos laborales deben ser considerados. Para ello, la simplificación de procesos que apunten a reducir costos y promover la inclusión productiva son claves, especialmente en las mypes. La formalización a través de la simplificación administrativa debe ser política de Estado.
- El cierre de la brecha en infraestructura es otra de las prioridades como nación. Millones de peruanos carecen de servicios básicos, transporte y conectividad. Pero los anuncios de proyectos ejecutados o por ejecutarse no alcanzan si no apuntamos a resolver la atrofia que tenemos como nación para construir nuestra obra pública en tiempos razonables.
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- La salud y la educación públicas son problemas que las más altas autoridades y cualquiera que aspire a serlo no pueden eludir. Para ello, más allá de la necesidad de una infraestructura adecuada, lo cual es fundamental, se requieren mejoras en todos los niveles de atención, considerando particularmente el fortalecimiento de la vocación del personal, es decir una transformación profunda en su capacitación que permita fomentar una mística por la labor que ejercen, y no solo una preocupación –a veces exclusiva– por el nivel remunerativo.
Lo que no se puede postergar en el debate nacional
Es evidente que el país tiene más problemas que los mencionados, pero los descritos por cuestión de simplificación, son fundamentales para encaminarnos a la prosperidad. En todo caso, no podemos dejar de tratarlos en cualquier debate nacional y menos postergarlos.