
Escribe: Vania Cruz, counsel de Payet, Rey Cauvi, Pérez Abogados
Entre el 2016 y 2020, mientras se debatía con mayor fuerza la necesidad de implementar un régimen de control de concentraciones empresariales en el país, surgieron muchas preguntas. ¿Estaba realmente preparado el Indecopi para asumir esta nueva tarea? ¿Podría evaluar las transacciones con un enfoque técnico, o terminaría cediendo ante presiones políticas y decisiones influenciadas por intereses ajenos al análisis económico?
LEA TAMBIÉN: Gaza: Asamblea de la ONU podría destacar moralmente en declaraciones, pero no eficacia
Estas dudas marcaron parte de la discusión sobre un tema que, aunque técnico, tenía importantes implicancias para el desarrollo del mercado y la protección de la competencia en Perú.
Hoy, tras cuatro años desde la entrada en vigor del régimen, los resultados empiezan a hablar por sí solos. Con cifras concretas y varios casos relevantes a cuestas, el Indecopi ha logrado consolidar una línea de trabajo técnica, alineada con las mejores prácticas internacionales.

LEA TAMBIÉN: La clave no está en planes radicales, sino en consistencia y visión a largo plazo
Recientemente, el Indecopi publicó cifras sobre su desempeño en el control de fusiones, y los resultados son alentadores. Más del 90% de las operaciones revisadas han sido aprobadas sin condicionamientos, lo que demuestra un adecuado entendimiento de cuándo una transacción representa –o no– una amenaza a la competencia.
Esta tendencia no es única de Perú. Si miramos a la región, los números son similares. Por ejemplo, en Chile, en los últimos siete años, la autoridad de competencia ha aprobado aproximadamente el 88.5% de las transacciones sin imponer condiciones.
LEA TAMBIÉN: La brecha salarial entre directivos hombres y mujeres en Perú alcanza el 12%
En cuanto a la duración de los procedimientos, la entidad no solo cumple con los plazos legales, sino que suele resolver los casos en tiempos más cortos. Durante el último año, las decisiones en los casos de Fase 1 –aquellos menos complejos– se han emitido en un promedio de 25 días hábiles, por debajo del límite legal de 30 días.
Otro punto clave a destacar es que el Indecopi ha mantenido su foco exclusivamente en la protección del proceso competitivo. No ha cedido ante presiones políticas o económicas para tomar decisiones con base en criterios ajenos a la competencia.
LEA TAMBIÉN: La acumulación de malas decisiones socava la fortaleza macroeconómica del Perú
El enfoque técnico que ha caracterizado el trabajo del Indecopi se debe, en gran medida, a la experiencia y preparación del equipo encargado, así como a la independencia con la que ha venido operando dentro de la institución.
De cara al futuro, los principales retos estarán en mantener y fortalecer ese equipo especializado, sobre todo ante un escenario donde las operaciones de concentración empresarial podrían aumentar progresivamente. También será clave agilizar los tiempos de revisión en los casos menos complejos, y encontrar un equilibrio entre el uso de criterios internacionales y las particularidades del mercado peruano.
LEA TAMBIÉN: Financiamiento más caro en Perú: ¿cómo influyen las reglas tributarias y qué soluciones urgen?
En resumen, el Indecopi ha sentado bases sólidas, pero el reto estará en sostener y perfeccionar ese estándar técnico frente a un entorno económico cada vez más dinámico.