Escribe: Ana María Martínez, cofundadora de Kaudal
Los agentes de IA pueden interpretarse como un tercer nivel de automatización de software: existe la automatización regular, la automatización con IA y, luego, los agentes de IA. Los tres tipos de automatización son útiles y convivirán con nosotros en el trabajo. En esta columna quiero aclarar estos conceptos y motivarlos a apropiarse de la automatización, liderando el uso de estas tecnologías para evitar ser reemplazado por ellas.
La automatización de software regular es simplemente usar un software para hacer lo que antes realizábamos de forma manual. Se podría decir, por ejemplo, que Excel es un software para automatizar el cálculo de cuentas. Luego, la automatización con IA, como su nombre lo indica, es un flujo automatizado que incluye IA, ya sea porque se utilizó IA para crear la automatización o porque se emplea una IA en alguna parte del flujo cada vez que se ejecuta. Por ejemplo, se puede diseñar un flujo en el que una IA lea correos, identifique sentimientos y formule respuestas adecuadas en función de lo identificado.
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En estos dos niveles de automatización, un humano le da instrucciones específicas al software que luego ejecuta la automatización. En ambos casos, la automatización no razona, ni decide cómo hacer las cosas. Este es uno de los factores principales que cambia con los agentes de IA. Al darles un objetivo (y acceso a diversas fuentes de información y herramientas), los agentes de IA pueden explorar distintos caminos para alcanzar dicho objetivo y quedarse con el más eficiente.
Por ejemplo, a un agente de IA de marketing se le puede asignar el objetivo de crear mensajes personalizados para incentivar una siguiente compra de clientes. Para ello, puede decidir buscar en la base de datos de ventas pasadas, en la base de datos de inventario y precios de la empresa, en sitios públicos sobre moda o incluso en portales sobre el clima de la ciudad, para hacer recomendaciones apropiadas y determinar qué camino tomar. Incluso puede solicitar permisos si está explorando una ruta y no tiene los accesos necesarios. Por eso se les llama agentes, porque tienen agencia para decidir qué hacer y para adaptar su algoritmo para ser cada vez más eficientes en lograr el objetivo propuesto.
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Obviamente, esto genera cierta inquietud y es por ello que estos agentes irán aumentando en cantidad, capacidad y cobertura de manera paulatina, pero ya existen. Ya es posible para cualquier mente curiosa crear automatizaciones de IA o agentes de IA personalizados en la interfaz paga de Chat GPT o de Microsoft 365 Copilot. Y hay muchas otras opciones. En este directorio se están disponibilizando nuevos agentes verificados a diario, para funciones específicas: https://aiagentsdirectory.com/.
Esta tendencia no se detendrá y debemos estar preparados para potenciarnos con estas tecnologías y mantenernos relevantes en nuestra profesión. Para ello, considero que las siguientes habilidades humanas serán fundamentales y jamás reemplazables:
- Pensamiento crítico: para tener claras las expectativas del rol que desempeñamos y cómo se están cumpliendo en el presente y para identificar cómo optimizar los procesos existentes y así superar las expectativas.
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- Curiosidad tecnológica: para no quedarse con las herramientas de siempre y migrar a herramientas más potentes si demuestran ser más eficientes.
- Liderazgo más allá de las personas: que incluya procesos y tecnologías. En roles gerenciales, será fundamental tener una visión ampliada de todo lo que está bajo el cargo. Los líderes de área ya no deben esperar que otra área optimice sus procesos o les indique qué tecnologías usar. Todo buen líder debe hacerse cargo de hacer a su equipo y a su área más eficientes con tecnología.
- Pensamiento sistémico: para entender que la optimización de un rol o área es una pieza en un sistema más amplio, y por lo tanto no debe hacerse de forma aislada, sino en comunicación con otros y dentro de los sistemas de gobernanza de la empresa.
- Aceleración del conocimiento avanzado al iniciar el trabajo: Una gran consecuencia de la automatización y los agentes de IA es que las tareas que hoy se asignan a pasantes o asistentes se reducirán, elevando las expectativas sobre un recién contratado. Tanto universidades como empresas deben responsabilizarse de que el talento adquiera rápidamente las habilidades antes mencionadas, a través de iniciativas como simulaciones laborales en la universidad que incluyan la adopción de tecnologías emergentes o “Apprenticeships” en el trabajo, para entrenar a la nueva generación con el acompañamiento de líderes que les brinden el conocimiento sistémico que necesitan.
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En mi empresa llamamos “automators” a quienes detectan sus procesos ineficientes y logran automatizarlos con herramientas disponibles y bajo el sistema de gobernanza de la empresa. Los colaboradores administrativos pierden más de la mitad de su tiempo en tareas manuales, según nuestros análisis. Por eso, no se puede depender sólo de un área tecnológica para optimizar todas estas ineficiencias, que están en cada rol. Convertirse en Automator debe ser una responsabilidad de todas y todos, y quienes mejor lo hagan serán talento irremplazable.
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