Escribe: Johan Vela, gerente comercial de Footloose
Si bien el comercio electrónico peruano ha experimentado un auge en los últimos años, aún hay aspectos críticos que necesitan abordarse para que este sector sea uno de los principales motores económicos. En diciembre del 2023, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, junto con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), presentó el informe “Perú: Evaluación sobre el estado de preparación para el comercio electrónico” que resaltó el gran potencial del e-commerce en el país, así como los retos que debe superar para consolidar su crecimiento.
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La necesidad de superar las brechas en infraestructura y conectividad es el primer reto mencionado. Las provincias representan solo un quinto del volumen del comercio electrónico del país, con cerca de US$ 2,600 millones, principalmente debido a la ausente conectividad en algunas zonas rurales. El proyecto más importante en esta área, la Red Dorsal Nacional, sigue trabajando al 8% de su capacidad sin ningún avance significativo al respecto, lo que deja fuera a muchos potenciales compradores.
El segundo reto es la agilización de los servicios logísticos y la facilitación del comercio. Si bien los centros urbanos cuentan con una logística cada vez más eficiente, muchas zonas del país aún sufren deficiencias que encarecen los costos de envío y aumentan los tiempos de entrega. Las empresas necesitan soluciones logísticas integrales que garanticen la entrega oportuna y eficiente de productos, tanto en ciudades como en las áreas rurales.
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El tercer punto está relacionado con los pagos y su regulación. La baja bancarización en Perú (57% en el 2023) y la preferencia por el uso del efectivo siguen siendo grandes obstáculos para la adopción de soluciones de pago digitales. A pesar de los esfuerzos de diferentes actores para facilitar soluciones, el acceso limitado a cuentas bancarias y la desconfianza en los sistemas digitales siguen complicando que el comercio electrónico sea el principal canal de compra. Aunque se necesita trabajar en regulaciones que faciliten la adopción de métodos de pago digitales y la inclusión financiera, aún no hemos visto una iniciativa convincente en esa materia.
Finalmente, el acceso al financiamiento es otro aspecto crucial que limita el crecimiento del e-commerce en Perú, según el informe. Las pymes, que representan el 99.2% del tejido empresarial de nuestro país, a menudo encuentran dificultades para acceder al crédito o capital que les permita invertir en plataformas de e-commerce, mejorar su infraestructura logística o implementar estrategias de marketing digital efectivas. El trabajo que hacen programas gubernamentales como Impulso MyPerú ha sido efectivo hasta cierto punto, pero aún se requiere una estrategia que se enfoque también en los microempresarios.
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El informe de la Unctad y la Cepal ofreció un diagnóstico claro de las acciones que se necesitan. Sin embargo, es responsabilidad del sector público y privado generar acciones que logren explotar su máximo potencial. Hemos tenido cerca de un año para aplicar las recomendaciones y aún no hemos visto un compromiso real con la mejora. Si queremos que nuestro sector despegue, no podemos perder más tiempo. Con la campaña navideña a la vuelta de la esquina, el momento de actuar es ahora.
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