Gerente de Tecnología de Perú Apps
El cambio se ha convertido en la nueva realidad. Lo que parecía ser solo una temporada, al inicio de la Emergencia Sanitaria, es ahora una constante. El discurso del cambio en la cultura empresarial pasó al acto sin aviso previo y un atributo se volvió hoy necesario en toda compañía: la flexibilidad. Flexibilidad en la toma de decisiones para reorientar el rumbo de la empresa, de las cuales una gran parte tienen que ver con disponer de las soluciones tecnológicas que permitan agilizar los procesos y facilitar la generación de información.
El cloud computing se alza como uno de los modelos más adaptables a esta nueva realidad, brindando a las empresas que lo adoptan una mayor capacidad de respuesta al cambio. A diferencia de la clásica infraestructura física, la nube permite disponer de recursos computacionales (aplicaciones, redes, procesamiento de datos, almacenamiento de archivos, etc.) a la medida de las necesidades, pues pueden ser adquiridos conforme la organización va creciendo y pagar solo por el consumo. Estos recursos se encuentran desplegados en proveedores de servicios a nivel mundial, que aseguran la disponibilidad, la persistencia así como la seguridad de la información.
Migrar a la nube significa reducir el costo total de propiedad (TCO), evitando inversiones iniciales altas de activos —servidores, infraestructura, licencias, switches, entre otros— que se depreciarán en tres a cuatro años y obteniendo un ahorro de entre 30% a 50%. Asimismo, permite asegurar la información por medio de acuerdos de niveles de servicio (SLA) con al menos 99.99% de disponibilidad, aumentar la capacidad según la demanda de manera bastante sencilla y, principalmente, priorizar el negocio.
La adopción del cloud computing, como parte del eje de tecnología, debe tener la misma prioridad que los demás ejes, tales como la cultura organizacional, los procesos y las personas. Si bien la tecnología ha cobrado una gran importancia en estos tiempos de ‘cero contacto’, desde el trabajo remoto hasta el crecimiento en el comercio electrónico, debemos entender que estos cambios generan aciertos pero también errores. Por tanto, las organizaciones deben probar las nuevas iniciativas digitales y corregirlas sobre la marcha, utilizando la nube para lograr la flexibilidad y la agilidad ante dichos cambios.
Las empresas que tienen una visión a futuro saben que la tecnología evoluciona cada día. Aquellas que generan innovación invirtiendo en tecnologías disruptivas son las que ponen las nuevas reglas de juego en el mercado. El cloud computing es el motor que les da vida y que permite disponer de ellas de manera rápida, segura, confiable y, sobre todo, a precios accesibles.