Escribe: Pia Zevallos, gerente general de Libélula.
El Acuerdo de París y la ciencia del clima, nos indican que tenemos dos años para mantener el incremento de temperatura global por debajo de 1.5°C, cifra que según la Organización Meteorológica Mundial ya ha sido superada entre febrero del 2023 a enero del 2024. La necesidad de reducir las emisiones de nuestras actividades económicas, transitar a modelos de negocio bajos en carbono y regenerativos, nunca ha sido tan urgente.
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En mercados como la Unión Europea, existen importantes avances para establecer las reglas de una nueva economía. La Directiva Corporativa de Reporte de la Sostenibilidad (CSRD, en inglés), el Mecanismo de Ajuste Fronterizo de Carbono (CBAM, en inglés) y la Regulación sobre Deforestación de la UE (en inglés, EUDR) están desencadenando nuevas expectativas y exigencias a las empresas latinoamericanas en cuanto a su gestión y reporte de emisiones. Las empresas que están a la altura de estas nuevas exigencias gozarán beneficios competitivos como acceder a los mercados europeos y evitar multas por falta de cumplimiento versus a las empresas que todavía no están midiendo y reduciendo sus emisiones y explorando modelos que no solo cuiden, sino regeneren los ecosistemas.
Más allá de la regulación, existen oportunidades para liderar y ganar ventaja competitiva en esta transición. La inversión en energías renovables, en capital natural, regeneración y en adaptación al cambio climático, son algunas de ellas.
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En términos de energías renovables, en 2023 las inversiones globales orientadas a la transición energética fueron de 1.77 billones de dólares, 61% mayores que las destinadas para el suministro de combustibles fósiles ( Bloomberg, 2024). Las empresas ahora pueden invertir para mejorar su resiliencia energética baja en emisiones. Según la Agencia Internacional de Energía, la capacidad mundial para generar energía renovable incrementó un significativo 50% en 2023 y su costo ahora es menor que la generación de energía por combustibles fósiles. Esta tendencia va a seguir mejorando, dado que durante la COP28 se acordó triplicar la capacidad global de energía renovable al 2030. En el Perú, la generación solar y eólica está tomando un mayor protagonismo. Actualmente representan entre el 6% y 8% de la generación y el Gobierno ha puesto como meta que se incremente al 20% en el 2030.
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Si hablamos de la importancia de la naturaleza para los negocios, debemos comenzar por aceptar que todos dependemos de la naturaleza: las empresas, las ciudades, la sociedad y la economía. El 55% del PBI de Latinoamérica depende de ella (Convenio de Biodiversidad). Además, recordemos que los océanos, los bosques y el suelo absorben la mitad de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. De acuerdo a KPMG, proteger la naturaleza y la biodiversidad podría generar oportunidades de negocio por 10 billones de dólares anuales y crear más de 400 millones de empleos a nivel mundial. La agricultura regenerativa resalta como una de las principales estrategias de grandes empresas de alimentos y retail.
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