Chief Investment Officer de Profuturo AFP
This time is different, es un libro cuyo análisis está basado en mostrar que desde hace ocho siglos las economías se han regido sobre bases fundamentales que no cambian mucho, lo diferente es la reacción de los empresarios, economistas y políticos quienes creen que son más inteligentes que sus antecesores; que su país no va a sufrir los problemas que tienen otros; que no van a pasar por los mismos apuros que sus abuelos; que son diferentes y que han aprendido la lección y seguramente las cosas van bien al inicio, sobre todo cuando el dinero fluye y hace muy tentador creer que esta vez es diferente.
Un poco de esto le sucede a Bolivia que, entre otras crisis, está sumergida en una crisis de deuda insostenible que inició en el 2006 cuando Evo Morales decidió nacionalizar la explotación del gas natural, implementar controles de precios y subsidios a la energía y alimentos. Todo esto financiado inicialmente por los ingresos de la recién nacionalizada industria del gas, la cual fue sufriendo debido a la falta de inversión y caída de precios. Como siempre pasa en este contexto, dejaron de invertir y creyeron que los precios seguirían altos por siempre. Bolivia era exportador neto de energía, llegando a recibir ingresos de hasta US$ 6,000 millones, ahora tiene que importar por casi US$ 1,000 millones, lo cual drena sus reservas internacionales.
Una vez que se instaura el control de precios y subsidios en un país, no hay marcha atrás y por el contrario se profundiza, aumentando el nivel de subsidios y precios controlados o agregando bienes adicionales. Sumada a la falta de inversión y búsqueda de equilibrio financiero, se quedaron sin financiamiento y recurrieron al Banco Central y a los Fondos de Pensiones. Hacia el 2014, las reservas internacionales eran cerca de US$ 15,000 millones y en el 2024 se han reducido a menos de US$ 2,000 millones; en Perú nuestras reservas superan los US$ 75,000 millones.
¿Se acuerdan de Perú en el Gobierno de Juan Velasco o del primer Gobierno de Alan García? La misma receta, control de precios, subsidios por doquier y un Banco Central sin independencia que financiaba todo. Al principio todos felices, el Gobierno con mucho apoyo popular, una economía creciendo por el consumo, baja inflación por el control de precios y la fijación del tipo de cambio, tanto que algunos ya comenzaban a decir que es un milagro económico. A pesar de ver cómo terminó el Perú por la implementación de este tipo de políticas, el Gobierno boliviano dijo: Esta vez será diferente.
Lamentablemente no fue diferente, las reservas internacionales son casi nulas, la inflación comenzó a acelerarse a casi 8% en octubre, la deuda es 70% del PBI y convergería a 100% hacia el 2028, hay racionamiento de energía, escasez de dólares, tipos de cambio paralelos y el descontento social es tan fuerte que se desató una crisis política que casi termina en un golpe de Estado. Bolivia elegirá nuevo presidente en agosto del 2025, quien deberá solucionar los problemas causados los últimos 20 años. La receta para arreglar la situación la conocemos, ¿se atreverá a prepararla?
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