El país de los pesimistas

El desánimo y la cautela aún persisten entre la mayoría de empresarios, más allá del sorpresivo repunte de más de 5% que experimentó la economía peruana en abril. ¿Cómo es posible esta paradoja entre mayor actividad productiva y pesimismo en el entorno empresarial?

Si bien la recuperación del PBI de abril es importante, han pesado factores climatológicos que permitieron abrir la temporada de pesca e impulsar al sector agropecuario, actividades muy golpeadas durante el 2023. Sin embargo, los problemas que limitan el crecimiento siguen presentes y eso lo entienden y sufren los empresarios y, evidentemente, todos los ciudadanos.

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Prueba de ello es que la última Encuesta de Expectativas Macroeconómicas del Banco Central de Reserva (BCR) muestra que la percepción de las empresas respecto a la economía peruana a corto y largo plazo retrocedió durante mayo y volvió a ubicarse en lo que se considera el terreno pesimista. Esto porque, más allá de los factores climatológicos, todavía las dudas sobre el futuro persisten.

Una factor que impide que las expectativas empresariales salgan del valle del pesimismo es la incertidumbre política. El temor que en el 2026 llegue a la presidencia un candidato que se apropie de los ahorros privados, sigue pesando en las decisiones de inversión de mediano plazo de familias y empresas, según advertía el último viernes el presidente del BCR , Julio Velarde.

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“Incide la preocupación con respecto al 2026. En un país nadie se preocupa que sus ahorros sean afectados, en cambio acá se ha comenzado a temer que sus ahorros sí sean afectados, de ahí la fuga que hubo en el 2021 (por Pedro Castillo). Eso desalienta la inversión, que haya candidatos que amenazan sus ahorros”, explicó el presidente del ente emisor durante la presentación del Reporte de Inflación.

Otro problema estructural que impide que la inversión privada se recupere de manera sostenida es la creciente inseguridad ciudadana. La proliferación de extorsionadores y el incremento de la tasa de homicidios están matando o frenando la iniciativa privada. Lamentablemente la respuesta de las autoridades va desde los shows que arma el Ministerio del Interior para las cámaras o iniciativas del Congreso para favorecer a mineros ilegales u otras organizaciones criminales.

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Sobre esto Velarde recuerda que si bien en el Perú siempre ha habido inseguridad, nuestra tasa de homicidios era mucho más baja que la de otros países de Latinoamérica, pero hoy en día ya no hay mucho que nos distinga de nuestros vecinos. “La inseguridad está pesando mucho en las decisiones de inversión. Claramente está afectando”, anotó.

Estos y otros temas han hecho que nuestro país pierda brillo en los últimos años de manera consistente. No por nada recientemente supimos que el Perú cayó ocho posiciones en el Ranking de Competitividad Mundial que publica Centrum PUCP y el IMD de Suiza, que ubicó al país al fondo de la tabla en el puesto 63 de 67 economías evaluadas. Todo esto solo nos muestra la enorme factura de no haber emprendido las reformas que necesitabamos y, por el contrario, de haber retrocedido en las pocas que habíamos comenzado.

Con toda esta mochila, el BCR proyecta que la inversión privada apenas crecería 2.3% este año y 3% el próximo, luego de anotar una caída de 7.3% durante el 2023. Son niveles que dificilmente nos permitirán dinamizar la generación de empleo y, por tanto, reducir los niveles de pobreza de manera significativa. Y, lamentablemente, nada de esto parece que vaya a cambiar en el corto plazo, sino todo lo contrario. Perdonen el pesimismo.

SOBRE EL AUTOR

Omar Mariluz Laguna

Magíster en Economía, diplomado internacional en Comunicación, Periodismo y Sociedad, estudios en Gestión Empresarial e Innovación, y Gestión para la transformación. Cuento con más de 15 años de experiencia en el ejercicio del periodismo en medios tradicionales y digitales.