Cofundadora de Kaudal
Vivimos en un mundo donde las empresas tienen una urgencia por digitalizarse cada vez mayor. Sin embargo, solo el 1% de la fuerza laboral mundial sabe programar y con todos los esfuerzos que se están haciendo, ese número será apenas un 1.5% en 2030. Al mismo tiempo, en investigaciones que hemos hecho en Kaudal, con el apoyo de DataLab, hemos visto que más del 80% de las personas necesitan automatizar procesos o crear productos digitales en su trabajo y no saben cómo hacerlo. Por eso piden ayuda a las y los programadores que suelen estar en el departamento de TI y los colapsan de requerimientos que no les permiten avanzar en el trabajo más estratégico. De hecho, según un estudio global de Znet, 72% de los equipos de TI tienen un backlog imposible de cumplir.
Para atender la falta de talento programador, han surgido en el mundo las llamadas herramientas no-code. Son herramientas que nos permiten crear webs, apps o automatizaciones sin programar, utilizando en cambio una interfaz. Para hacerlo más tangible, crear un app con no-code es muy parecido a crear diapositivas en PowerPoint. Como son tan sencillas de aprender y usar, Google predice que con no-code más de 2,000 millones de personas (60% de la fuerza laboral) podrán crear los productos y procesos digitales que necesiten. Microsoft también indica que crear software con no-code es 74% más económico que con programación regular, lo cual evidencia que la programación regular solo debería usarse en los productos y procesos verdaderamente complejos.
Hay miles de herramientas no-code disponibles en el mercado y es un mercado que está creciendo en promedio 24% año tras año. Por eso Google y Microsoft ya ofrecen no-code tools dentro de sus suites (que han desarrollado o comprado) y hay otros proveedores de no-code muy consolidados, como Airtable, para automatizar el manejo y reporte de datos; Zapier, para automatizar procesos y conectar acciones en distintos aplicativos; Webflow, para hacer webs; Notion, para hacer “superdocumentos”, y Glide o Bubble, para hacer apps (la primera más sencilla, la segunda la herramienta no-code más potente al momento).
Y te preguntarás, ¿Qué se puede hacer con no-code? Pues cada vez más cosas: webs dinámicas, e-commerce, aplicativos móviles, bases de datos, dashboards de datos, chatbots, voice apps, intranets, espacios de colaboración remota, automatización de procesos e incluso startups enteras, que han levantado millones de dólares sin haber escrito una línea de código, creando toda su tecnología con herramientas no-code.
No-code también está generando nuevos roles o empleos, logrando mayor inclusividad en la industria tecnológica. Ahora existen no-code developers, que trabajan de forma independiente o en agencias de no-code, creando de forma más rápida y económica los productos digitales que sus clientes necesitan. También existen no-code founders, que logran, como comentamos antes, crear startups escalables sin tener que ser programadores. Y, finalmente, están los llamados citizen developers, que son las personas sin perfil tecnológico que, dentro de las empresas, aprenden a utilizar no-code tools para ser digitalmente autónomos y no depender de TI o developers externos para hacer automatizaciones o productos digitales que les generen ahorros de tiempo y dinero. Gartner predice que apenas el año que viene, habrá cuatro veces más citizen developers en las empresas que desarrolladores normales.
Ahora, la proliferación de citizen developers en las empresas debe gestionarse. Es conveniente que el departamento de TI se libere de requerimientos internos, pero sin perder el control (o al menos la visibilidad) de las herramientas no-code que se adoptan en la empresa, los datasets que se usan, quiénes usan las herramientas y qué soluciones no-code crean y con qué impacto en el negocio. Las mejores soluciones creadas deben escalarse, manteniéndolas en no-code o tal vez integrándolas a los sistemas de la empresa, ya con la ayuda de programadores. El departamento de talento también tiene un rol que jugar en la adopción de herramientas no-code en las organizaciones, cambiando la mentalidad de “ir a pedir a TI o a una agencia” por una mentalidad de “yo puedo hacerlo con no-code”. Y, obviamente, las y los líderes deben comprometerse con la estrategia de adopción de no-code, asegurando que las personas tengan el tiempo de aprender estas herramientas y puedan utilizarlas en su trabajo para automatizar procesos o crear productos digitales.
Las empresas que decidan que no-code sea un pilar estratégico de su transformación digital, podrán activar a la mayoría de su organización que todavía está pasiva en dicha transformación. También podrán generar múltiples soluciones con no-code en simultáneo (internas o externas), que traigan ahorros significativos para la empresa de tiempo y dinero, que reduzcan errores y hagan hiperágil a la empresa, para servir mejor a sus clientes y usuarios.