Socio de Mckinsey - Oficina de Lima
La crisis de COVID-19 y el posterior cambio a modelos de trabajo híbridos han acelerado la necesidad de nuevas habilidades en la fuerza laboral a nivel global, y en concreto en Perú.
Curiosamente, las habilidades que las empresas priorizan más son el liderazgo y la gestión de otros, el pensamiento crítico y la toma de decisiones, y la gestión de proyectos. Esto sugiere que, además de querer centrarse más en los colaboradores, las organizaciones todavía se están familiarizando con las formas de trabajar en el nuevo normal.
Según una de nuestras recientes encuestas globales el 58% de los participantes afirma que cerrar las brechas de habilidades se ha convertido en una prioridad más alta desde que comenzó la pandemia, y el 69% reconoce que sus empresas ponen ahora más foco en este aspecto que antes de la crisis.
Dado el contexto, es necesario que las empresas preparen a sus colaboradores para un futuro en el que las habilidades y nuevas formas de trabajo se capitalicen mediante la adopción del aprendizaje continuo. Los líderes deben hacer esto mientras se embarcan en el experimento organizacional más amplio de determinar cómo se ve el lugar de trabajo en el nuevo normal, en el que más que nunca, los enfoques heredados podrían resultar demasiado lentos, incrementales o difíciles de escalar dados los desafíos que se avecinan.
Para ayudar, los altos ejecutivos pueden estudiar las mejores prácticas de organizaciones a nivel nacional y global, de los cuales, a continuación, podemos destacar tres principios.
- Encontrar tu verdadero punto de partida. Hoy están cambiando las habilidades subyacentes y la empresa se enfrenta a un déficit de habilidades, por lo que es recomendable analizar las oportunidades dentro de la estructura de la organización para identificar cuál es nuestro punto de partida clave y cuáles son las capacidades claves en donde tenemos un “gap” a ser desarrollado.
- Hacer del desarrollo de habilidades una forma de vida. La creación de un centro de habilidades puede ayudar a las empresas a evaluar candidatos y necesidades futuras, gestionar el desarrollo de habilidades y medir el impacto. Para ser más eficaces, estos centros de competencias deben tener un cometido claro. En este sentido, se debe incluir la evaluación de los candidatos, la futura asignación de roles, la implementación del programa en sí y la medición del impacto.
- Adoptar una visión de ecosistema. Integrar el desarrollo de habilidades y potenciar el desarrollo de nuestros colaboradores teniendo en cuenta todo el ecosistema que rodea a la organización, es decir las empresas, las comunidades y los stakeholders, para sacar el mejor beneficio para todos.
Si bien relativamente pocas empresas han dominado completamente estos desafíos, esperamos que puedan servir como puntos de contacto útiles para cualquier organización de nuestro país que aspire a comenzar a construir su propia fuerza laboral más resiliente y preparada para el futuro.