Presidente de la CONFIEP
“…Perú se convirtió en el principal productor de cobre en el mundo, tras la puesta en marcha de ocho proyectos mineros, entre los que destacan la nueva fundición de Ilo, la ampliación de Toromocho, Zafranal, Yanacocha Sulfuros y Tía María. Destacamos la eficiente gestión del canon minero por parte del Ejecutivo y los gobiernos locales, así como del acompañamiento a las empresas y comunidades en el desarrollo de estos importantes proyectos.
La pobreza monetaria desapareció de Arequipa con la incorporación de la irrigación Majes - Siguas II y con el regreso a la Ley de Fomento Agrícola, al incorporar 40 mil hectáreas de producción agraria que complementan la oferta del norte del país, demandando 120,000 nuevos puestos de trabajo directos y múltiples servicios, comercio y manufactura.
Gracias al impulso del Fondo Mivivienda, todos los peruanos han accedido a viviendas nobles, con acceso a agua, desagüe, luz, internet, pistas, veredas y áreas verdes que favorecen una vida digna; mientras que la Ley de Gobernanza de EsSalud le ha permitido convertirse en una institución modelo en la prestación de servicios de salud.
Con la política de exploración petrolera y el sistema de concesiones han permitido incrementar las reservas de gas y petróleo a niveles históricos, mientras que el listado de la otrora estatal Petroperú en la Bolsa de Nueva York, permitió al Estado Peruano recuperar los recursos asignados a la refinería y obtener para ella, una gestión profesional e independiente.
Los sistemas de inversión público privado y las concesiones han potenciado las capacidades de nuestro país para afrontar exitosamente el cierre las brechas en infraestructura.
La economía crece al 10% y la informalidad se redujo al 1%, gracias a la simplificación administrativa y al enfoque colaborativo de la Sunat, lo que permitió recuperar la confianza entre las personas y el Estado peruano, causando además que la productividad laboral del trabajador peruano sea la más alta de la región…”
Estas son las historias que queremos leer en la prensa de mañana.
Sin embargo, hoy, nos enfrentamos con una realidad muy diferente. Excluyendo el año de pandemia, con un estimado de -0.3%, nuestra economía muestra el mayor retroceso en 33 años.
La conflictividad social y política de los últimos años han apagado los motores que promueven las nuevas inversiones y sostienen las existentes; y se requiere del Gobierno el sentido de urgencia en retomar el crecimiento y la confianza, mientras tanto, preocupan medidas como la reestatización del petróleo en el Perú.
Si bien este Gobierno no es el único causante de la actual recesión, sí es responsable de revertir su tendencia. ¡Estamos a tiempo de cambiar nuestra historia!