Gerente general de AFP Integra
La Real Academia Española define la palabra ‘diálogo’ como “plática entre dos o más personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos” y también como “discusión o trato en busca de avenencia”. Hay muchas (la mayoría diría yo) problemáticas que hoy enfrenta el país que no tienen ni soluciones únicas ni perfectas. Y una herramienta para llegar a soluciones posibles, que pongan el bienestar de los ciudadanos y el desarrollo del país en el centro, es el diálogo honesto y transparente.
Ese fue el punto de partida de la iniciativa organizada y facilitada por Comité de Lectura (1) para buscar consensos en torno a cómo enfrentar una reforma del sistema previsional en el Perú entre un grupo de personas que, en principio, partía con puntos de vista diferentes e incluso discrepantes. En este proceso de diálogo, realizado entre marzo y setiembre del 2022, participaron 10 personas (yo fui una de ellas) involucradas de una manera u otra con los sistemas previsionales en el Perú y que coincidían, eso sí, en la necesidad de reformarlos.
El resultado final es un documento articulado que logra 19 consensos que pueden servir como punto de partida y base para la urgente y necesaria discusión que se requiere en distintas instancias del Estado, academia y ciudadanía para lograr un sistema previsional que otorgue mejores pensiones a más peruanos. Entre los consensos destacan la necesidad de proponer un único sistema plenamente integrado (consenso #3), proteger constitucionalmente los parámetros básicos y contar con una institución supervisora constitucionalmente autónoma (consenso #5), asegurar a todos sus afiliados una pensión básica universal financiada con recursos del Tesoro público (consenso #9), contar con un esquema de pensiones mínimas (consenso #12), entre otros.
Ahora, no todos los puntos evaluados lograron consenso. Sin embargo, el diálogo permitió acercar posiciones y plantear escenarios alternativos. Ese fue el caso que suscitó, por ejemplo, la discusión de cómo incluir el componente de solidaridad en el sistema integrado. Esta dinámica permitió reducir las opciones de cinco esquemas posibles a dos. Ambos tienen pros y contras, dependiendo del ángulo desde el que se analicen, pero acotar las alternativas factibles permitió superar el debate y proseguir el diálogo en busca de otros consensos.
Estoy convencido de que este tipo de dinámicas son no solo fundamentales para el desarrollo del país sino también muy efectivas. De todos los consensos logrados me quedo sin duda con el último, el consenso #19: “…lo que este diálogo sí demuestra es que es posible generar una dinámica de debate constructiva y propositiva que, sin desconocer los aspectos en los que hay discrepancia, permita identificar aquellos en los que las partes involucradas pueden alcanzar consensos y de esa manera hacer que la discusión avance”.
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