Escribe: María Alejandra Carmona, responsable de Marketing, RRPP, Sostenibilidad y Comunicación para Air France y KLM en Países andinos y Centroamérica.
En el sector del turismo y la aviación, la adopción de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial (IA) ha transformado la industria, mejorando la eficiencia y optimizando la experiencia del cliente, destacándose como un elemento diferencial frente al resto del sector.
En las aerolíneas, se viene utilizando la IA para anticipar las preferencias y necesidades de los consumidores, y así personalizar la experiencia del viajero, gestionando recursos de manera más eficaz.
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La IA no solo mejora la satisfacción del cliente, sino que también permite a las empresas lograr un rendimiento superior en sus áreas de maneras antes inimaginables. Desde el uso de chatbots, para proporcionar respuestas rápidas y precisas a las consultas de los clientes; hasta la predicción del equipaje y comidas necesarias a bordo, asegurando el ahorro de los recursos y disponibilidad de estos; y el eco-pilotaje, a través de un sistema que optimiza las trayectorias de vuelo para reducir el consumo de combustible y contribuir a un futuro más sostenible; entre otros ejemplos.
Sin embargo, la implementación de la IA presenta importantes desafíos que deben ser abordados para garantizar la seguridad tanto del cliente como la de la empresa. Los sistemas de IA pueden comprometer a las aerolíneas a posibles brechas de seguridad, exponiendo datos sensibles, así como carecer de la transparencia y ética necesaria para generar confianza en los usuarios.
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Por ende, es necesario hacer uso razonable y controlado de esta herramienta, cumpliendo con las regulaciones y la implementación de prácticas sólidas de protección de datos para mantener la confianza del público y evitar problemas legales y financieros. Esto implica mantener las soluciones utilizadas dentro de un circuito cerrado y, de preferencia, crear un comité especializado que garantice el correcto cumplimiento de todos estos principios.
Además, promover las soluciones existentes y apoyar las iniciativas dentro de la empresa es esencial.
Por otro lado, la inteligencia artificial, en particular la IA generativa, sigue siendo un campo de especialización relativamente nuevo y estas tecnologías aún no están maduras. Por ello, es recomendable apoyarse en soluciones y modelos existentes en lugar de intentar desarrollar los propios desde cero.
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En ese sentido, la implementación de la IA debe considerarse una estrategia planificada para liderar en el sector del turismo y la aviación. Es evidente que su uso mejora la eficiencia de las operaciones en todas sus áreas, además de ofrecer una experiencia excepcional al cliente.
Al seguir explorando sus capacidades y comprometerse con el uso de la IA, es fundamental hacerlo con una visión estratégica, priorizando la protección de datos y la transparencia con los clientes. Solo así se podrá garantizar el uso eficaz y beneficioso de esta poderosa herramienta para la empresa y sus pasajeros.
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