Adolfo Morán, Abogado Senior de EY Law
Desde hace varios años se viene discutiendo sobre las diversas formas de generar una mayor inclusión financiera en el Perú, y si bien el país ha logrado importantes avances en el uso de soluciones financieras digitales que se popularizaron sobre todo durante el confinamiento en la pandemia, debemos preguntarnos qué más podemos hacer.
El último Reporte The Global Findex elaborado por el Banco Mundial muestra claramente que ha habido un avance en la inclusión financiera en la región, motivado por el uso de soluciones financieras digitales y por el contexto de aislamiento social a raíz del Covid-19. En ese sentido, el porcentaje de adultos que tienen una cuenta bancaria en el Perú paso de 20% en el 2011 a 57% en 2021; siguiendo un patrón similar a los otros países de la región.
Si bien es claro el avance de los últimos años, todavía queda mucho trabajo para generar una verdadera inclusión financiera en la región y nuestro país. En este contexto, la interoperabilidad de las billeteras digitales se ha convertido en una propuesta clave para fomentar la inclusión financiera en el corto-mediano plazo, y que está muy cerca de hacerse realidad.
El aumento en el uso de soluciones digitales impulsado por la pandemia está transformando la cultura digital entre los peruanos, especialmente en relación con los pagos. Hoy, cada vez más personas utilizan billeteras digitales para pagar o cobrar, incluyendo a taxistas, bodegueros, cambistas y más trabajadores independientes.
Esta normalización de los pagos digitales ha permitido generar importante data para las entidades financieras administradoras de las billeteras digitales, quienes conocen ahora mucho mejor a segmentos de clientes que anteriormente no realizaban transacciones en el sistema financiero. Ello conlleva a que hoy estas entidades financieras puedan ofrecerles productos financieros digitales, como microcréditos y cuentas de ahorro digitales a las que antes no tenían acceso. De esta manera, se crea la oportunidad de cambiar a los créditos informales con intereses leoninos y dinero de dudosa procedencia por préstamos accesibles dentro de un marco legal que protege a los usuarios financieros, además de prevenir el riesgo de portar y ahorrar dinero en efectivo.
El camino de la digitalización está trazado, pero se necesita más. Por ello, la interoperabilidad se presenta como un imperativo que el Banco Central de Reserva ha sabido reconocer en la Circular N° 0024-2022, que obliga a las entidades reguladas a interoperar entre ellas, de modo que sea posible enviar o recibir dinero entre diferentes billeteras digitales, generando mayor rapidez y menor fricción para los usuarios. ¿Qué permitirá ello? Definitivamente, un mayor uso de billeteras digitales y, en consecuencia, una mayor inclusión financiera. Ejemplos de ello ya existen.
Uno de los más destacados es el de Brasil, en donde la solución de pagos digitales Pix permitió que más de 40 millones de personas realicen una transferencia de fondos por primera vez en sus vidas. Y, solo entre noviembre de 2020 y marzo de 2022, el número de usuarios de Pix creció de 41 millones a 124 millones, logrando la curva de adopción más rápida de sistemas de pagos en tiempo real del mundo, según el BIS.
El caso de Pix no es fortuito. Se trata de un esfuerzo organizado liderado por el Banco Central de Brasil, con la cooperación del sector privado. De hecho, el rol fundacional del Banco Central como proveedor de infraestructura y de entidad reguladora del sistema de pagos ha sido clave para promover la competencia entre las entidades financieras participantes y la interoperabilidad entre las plataformas de pago, logrando reducir costos para los usuarios y una mayor inclusión financiera.
El camino trazado es bueno y genera esperanzas. Esperemos que, en los próximos años, el Perú tenga un crecimiento importante en términos de inclusión financiera, de la mano de las oportunidades que brindan las billeteras digitales y el mandato de interoperabilidad. Más colaboración generará más inclusión (financiera).