Nuestros economistas se encuentran tras dar sus clases en la Universidad Continental y conversan sobre la reciente crisis de Petroperú y el aporte de capital hecho por el MEF para salvar a la empresa. Aquí el diálogo entre Adamo (A), para quien Petroperú no tiene solución y debió quebrar, y Maynardo (M), quien más bien considera positivo el que se haya capitalizado la empresa y evitado el desabastecimiento de combustibles.
A: ¡Qué tal, Maynardo! La verdad ando furioso con el salvataje de Petroperú y el despilfarro de recursos públicos que estamos viendo. Kurt Burneo tuvo la oportunidad histórica de terminar con este engendro de empresa y ahorrarles mucho dinero a los peruanos, pero la desperdició.
M: ¡Qué dices! Si no se inyectaba el dinero público, hubiésemos sufrido una crisis de desabastecimiento de combustibles y eventualmente llevado a un mayor grado de concentración en este importante mercado. Petroperú es una empresa estratégica que era necesario salvar.
A: ¿Estratégica? ¿Qué tiene de estratégica? Si compite en el mercado con muchas empresas privadas que importan y comercializan combustibles. Ha construido una refinería que, ahora sabemos, destruyó el valor patrimonial de la empresa y que no tiene cuándo empezar a refinar. Por otro lado, Petroperú no logra operar el oleoducto de manera segura y continua, ni tiene la capacidad para explotar lotes petroleros.
M: No tiene esa capacidad porque en los años 90 los lotes fueron concesionados al sector privado. Si se le hubiese hecho caso a Humberto Campodónico, Petroperú estaría regresando al up-stream, a la exploración y explotación de petróleo, integrándose verticalmente y cumpliendo plenamente con su rol estratégico.
A: Me estás tomando el pelo, ¿no? ¿Cómo se te ocurre siquiera plantear esto? Petroperú no tiene con qué pagar sus cuentas, a pesar de haber recibido USD 2,250 millones del Estado en los últimos seis meses. No me sorprendería que en pocos meses vuelva a pedir más dinero, esto no tiene cuándo acabar. Hace nueve años, Campodónico promovió la construcción de la refinería, nos contó el cuento que no nos costaría nada, que se pagaría sola y ya ves los resultados. ¿Ahora propone que Petroperú entre a explorar y explotar petróleo? ¿Con qué recursos humanos y financieros? La empresa es lo menos transparente que hay y su débil gobierno corporativo nos ha llevado a la actual crisis. Petroperú solo es estratégico para sus sindicatos, quienes viven de espaldas al país y tuvieron el cuajo de exigir un nuevo incremento salarial cuando la empresa estaba al borde de la quiebra.
M: Entiendo y comparto en parte tu irritación. El economista Carlos Paredes, ex presidente del directorio de la empresa, publicó “La tragedia de las empresas sin dueño. El caso Petroperú”, en el que pone al desnudo las falencias de la empresa y las malas costumbres de lo que él denomina la “Gran Cofradía” (gerentes y líderes sindicales, que trabajan para ellos y no para los peruanos que son los supuestos dueños de la empresa). Él comparte mucho de tu escepticismo, pero ya en el 2019 señaló que la empresa necesitaba unos USD 1,500 millones de aporte de capital del Estado.
A: Sí, he leído el libro, el cual debería ser lectura obligatoria para todos aquellos que pregonan ampliar el rol empresarial del Estado. Te recuerdo que Paredes transparentó las enormes pérdidas que generó la construcción de la nueva refinería de Talara y que él solicitó al MEF realizar la capitalización como un paso previo a la subsecuente entrada de capital privado. En contraposición, lo que se ha hecho es simplemente cubrir un déficit generado por la pésima gestión financiera de la empresa. Y, lo peor, es que la capitalización no vino acompañada por medidas efectivas que fortalezcan el gobierno corporativo y la transparencia de Petroperú.
M: Tú siempre tan fundamentalista… Si no se hubiese rescatado a la empresa, hubiésemos sufrido un severo desabastecimiento del mercado de combustibles y puesto en peligro la conclusión de la refinería, con todos los sobrecostos que eso hubiese acarreado. No había otra opción y tú lo sabes.
A: Concuerdo en que a estas alturas, inyectar dinero público era el mal menor. Sin embargo, había muchas formas de hacerlo: condicionando la inyección a un cambio en el gobierno corporativo, habiendo regresado Petroperú al ámbito del FONAFE para que empiece a rendir cuentas y sea adecuadamente supervisado, nombrando a personas más calificadas al directorio y a la gerencia. ¿Se hizo acaso algo de esto? No, no se hizo. Se le dio USD 2,250 millones de propiedad de todos los peruanos al mismo grupo de personas que habían puesto a la empresa al borde del precipicio y sin pedirle nada concreto a cambio. ¡Es sencillamente increíble!
M: Sin duda, se pudo hacer mejor, pero no había alternativa. Ahora que la refinería empiece a operar veremos los beneficios de este gran proyecto de inversión pública. Espero que la nueva refinería empiece a refinar y que Petroperú nos devuelva el dinero a los peruanos. Eso demostrará a los escépticos que la refinería es un activo estratégico para la empresa pública más grande del país.
A: Nuevamente, con eso del rol estratégico. Ese supuesto rol es ficticio: la empresa no asegura menores precios, ni nuevos productos, ni más inversión o exploración petrolera. Hay que dejar de repetir frases huecas. El que nos devuelva un préstamo millonario que nos obligaron a hacer no tiene nada de estratégico. Además, ¿cuándo va a empezar a operar? En mayo hubo una ceremonia para dar inicio a la puesta en marcha “progresiva y gradual” de le refinería. ¡Estamos en noviembre! Están acostumbrados a engañarnos y a no pagar las consecuencias de ello.
M: Estoy en desacuerdo, Petroperú cumple con el rol de abastecer combustibles a todo el territorio nacional, sobre todo en zonas allá donde no va ni irá jamás la empresa privada. En este sentido, cumple con el rol subsidiario de la actividad empresarial del Estado. Por otro lado, concuerdo en que hay que mejorar el gobierno corporativo de Petroperú, de acabar con las mafias denunciadas por Paredes en su libro, de contar con los mejores profesionales en la gestión y el Directorio. Pero de ahí a sostener –como dicen Anthony Laub y otros liberales que he escuchado en medios– que Petroperú es inviable y que debería habérsela dejado quebrar y liquidar, hay un abismo.
A: La pregunta relevante es ¿para qué necesitamos una empresa petrolera estatal si la industria petrolera está llena de operadores mucho más calificados para explotar, refinar y comercializar combustibles? Es más, el mercado mundial de combustibles es un mercado muy profundo y sofisticado. Podríamos, en última instancia, importar todos nuestros requerimientos de combustibles refinados sin tener que construir una refinería que a todas luces solo arrojará pérdidas económicas. El negocio del refino a nivel internacional está muy deprimido, en parte porque existe un exceso de capacidad instalada en el mundo. Y nosotros construyendo un elefante blanco…
M: Estás dejando fuera de tu visión liberal extrema el concepto de seguridad energética que el un concepto clave en la visión estratégica de los países. Hasta los EE.UU. que no tienen una empresa petrolera estatal maneja los inventarios estratégicos de combustibles más grandes del mundo, para evitar la dependencia excesiva en materia de hidrocarburos. Importar petróleo o gasolina siempre es posible, pero hay que cuidar no caer en la excesiva dependencia. ¡Importar combustibles no es lo mismo que importar chocolates!
A: ¡Ay Maynardo! Si tú dices que estoy obviando el concepto de seguridad energética, yo te diría que tú estás obviando el concepto fundamental de “costo de oportunidad”. ¿Te das cuenta de todo lo que el Estado hubiera podida hacer con los más de 5,000 millones de dólares que ha despilfarrado en la refinería de Talara? Solo con el 5% de ese monto bien gastado en salud y educación la habría cambiado la vida de manera sustancial a los talareños.
M: Parece que no nos entendemos….