Escribe: David Tuesta, presidente del Consejo Privado de Competitividad
El diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española define la palabra “cuatrojos” como la persona que lleva gafas, lentes o anteojos. En las circunstancias actuales, en el que varios escenarios y variables interactúan en la economía peruana, es crucial que el inversionista tenga las gafas bien ajustadas para discernir lo que se aproxima y tomar la mejor decisión. Esta, al momento, se ve bastante tímida. A la inversión privada le está costando repuntar a pesar de que las condiciones han mejorado respecto al año anterior. Así, si bien, los indicadores de expectativas empresariales del Banco Central de Reserva (BCR) recogen mejoras, la inversión privada al primer semestre apenas se ha movido. Se proyecta, en todo caso que podría aspirarse este año a un crecimiento superior al 2.0% en esta variable, e incrementarse en 1 punto porcentual más el siguiente.
LEA TAMBIÉN: Instituciones peruanas: Un equilibrio disfuncional
Un análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades, Amenazas) podría ayudar a ordenar los factores que afectarán las decisiones de inversión para los próximos 2-3 años. Comenzando por las fortalezas de la economía peruana, una de las principales es nuestra estabilidad macroeconómica, y en particular, la monetaria gracias a la gestión del BCR que registra el récord latinoamericano de mantener la inflación en un solo dígito por 27 años consecutivos. Los bajos niveles de endeudamiento público, comparados entre los países latinoamericanos con grado de inversión, también es una fortaleza, aunque perdiendo brío en los últimos años. Otro factor, del cual se habla poco, pero que ha logrado brindarnos una sólida institucionalidad supranacional ha sido el largo número de Tratados de Libre Comercio (TLC), que ha logrado consolidar nuestra apertura comercial y el respeto a la inversión extranjera que llega al Perú.
LEA TAMBIÉN: América Latina: ¿Mercado emergente?
Las oportunidades también son muy interesantes. Todo anticipa que Perú se verá beneficiado por un escenario prolongado de altos términos de intercambio debido a razones estructurales. Este 2024 se pronostica que crecerá 6.0% respecto a los precios ya altos del año pasado, y seguirá incrementándose en el 2025, de acuerdo con el instituto emisor. Si esto es así, existen altas probabilidades que este contexto prodigioso acelere la inversión de la lista de los 51 proyectos mineros priorizados por el Gobierno por más de US$ 50 mil millones. Esto, encadenado con otras líneas de inversión en infraestructura en el ámbito logístico, de la mano del excelente potencial portuario que se viene consolidando en el Perú, puede terminar de darnos algunos puntos de crecimiento en nuestro PBI potencial.
LEA TAMBIÉN: El falso debate en torno a las energías renovables
Pero, ya entrando en terrenos espinosos, debemos abordar las grandes debilidades que mantiene atascadas las posibilidades de desplegar un mayor dinamismo de la inversión privada. Por ejemplo, la elevada ineficiencia del Estado, incapaz de cerrar las urgentes brechas sociales. Un Estado que ha incrementado en casi 50% su gasto en planilla en menos de una década, mientras el 70% de los centros educativos no cuentan con los tres servicios básicos de luz, agua y desagüe; y, con más del 90% de los establecimientos de salud en malas condiciones. Un Estado con excesiva burocracia que convierte en un largo suplicio los múltiples procesos de autorización para poner en marcha una inversión; proceso que se ve multiplicado por la surrealista situación de denuncias que impone la Contraloría que tiene paralizado la toma de decisiones de los funcionarios. De acuerdo con esta institución, hay más de 1,100 funcionarios públicos a los que se les ha iniciado proceso administrativo sancionador que luego puede llevar a la judicialización de la mayoría de estos. No es casualidad que la eficiencia gubernamental haya retrocedido 15 posiciones, colocándonos en los últimos lugares del ranking de competitividad de países del IMD.
LEA TAMBIÉN: Impacto de la IA en el empleo: ¿Reemplazo o complemento?
Y finamente, hablemos de las amenazas ineludibles que el inversionista tiene en la mira. Sin duda, la más evidente, es la preocupante inestabilidad política, en un contexto en en el que el Gobierno no puede tomar decisiones de fondo debido a la fragmentación política existente. En el 2026 habrá elecciones generales que aunque podría ser una oportunidad para un cambio, hoy se ve más bien como la posibilidad de un mayor debilitamiento. El sólo hecho de tener 66 partidos políticos que podrían presentar candidatos a presidente y, que de ellos, 36 ya están inscritos oficialmente, nos describe sin tapujos las grandes distorsiones de nuestro sistema democrático, que anticipa una aún mayor fragmentación. Y con ello, las posibilidades para solucionar la lacra del crimen organizado, que tiene secuestrado, textualmente, a los peruanos, se hace sumamente complejo.
Imaginemos todas estas variables de nuestro FODA colocadas en una diapositiva. ¿Qué conclusiones podrían tomar los agentes económicos respecto al potencial de crecimiento que tiene la economía peruana que anime a determinar su decisión de invertir? A ponerse los lentes.
Exministro de Economía.
Comienza a destacar en el mundo empresarial recibiendo las noticias más exclusivas del día en tu bandeja Aquí. Si aún no tienes una cuenta, Regístrate gratis y sé parte de nuestra comunidad.