Escribe: Percy Alache, socio líder de Servicios Laborales de PwC Perú
El año 2025 presenta grandes retos para las empresas, con un enfoque claro en lograr resultados inmediatos. Sin embargo, en medio de este impulso por la eficiencia y el crecimiento, hay cinco riesgos laborales clave que deben ser gestionados prioritariamente:
1. Seguridad en los centros de trabajo: Los recientes siniestros (cierres de locales comerciales, incendios, huaicos) han evidenciado la necesidad de fortalecer las medidas de seguridad en los espacios laborales. Las empresas deben ejecutar con rapidez los planes de acción derivados de sus auditorías y diagnósticos internos para minimizar riesgos que puedan afectar la integridad y salud de trabajadores, proveedores, clientes y la comunidad en general.
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2. Control de costos laborales: en tiempos de incertidumbre económica, optimizar costos sin comprometer el cumplimiento normativo es crucial. Por ello, se deben revisar los gastos de personal, asegurando que los beneficios económicos se ajusten a la carga impositiva correspondiente y que existan políticas internas que respalden una gestión eficiente de estos recursos.
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3. Promoción de la ética y el compliance: la transparencia y el cumplimiento normativo son pilares de una empresa sostenible. En ese sentido, implementar canales de denuncia efectivos permite gestionar situaciones como fraudes financieros internos, conflictos de interés, corrupción, soborno y hostigamiento laboral, fortaleciendo la confianza dentro y fuera de la organización.
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4. Adaptación a un entorno tecnológico dinámico: el mundo laboral está cambiando con rapidez. Evaluar si los equipos cuentan con las capacidades para asumir roles multidisciplinarios y utilizar herramientas digitales es clave. Tecnologías como la inteligencia artificial, la automatización de procesos, la ciberseguridad y la sostenibilidad son elementos esenciales para la competitividad empresarial.
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5. Preparación ante cambios geopolíticos y económicos: el impacto de las decisiones de las grandes economías (medidas arancelarias), las nuevas regulaciones locales (laborales y de impuestos) y el contexto político pueden afectar significativamente la operatividad de las organizaciones. Por esa razón, incorporar estos factores en la planificación de riesgos es vital para una estrategia empresarial resiliente.
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En síntesis, las empresas que incorporan la gestión de riesgos laborales en su estrategia corporativa no solo protegen su operación, sino que también fortalecen su reputación y sostenibilidad a largo plazo. La clave está en identificar los riesgos, evaluar su criticidad y actuar con agilidad, asignando responsables y plazos concretos. Un enfoque preventivo no solo reduce costos asociados a contingencias, sino que también permite a las organizaciones enfocarse en lo realmente importante y necesario.
