Se acaba el 2023, un año retador en varios sentidos, y creo que es importante cerrar con un análisis optimista. Quiero comentar los avances que he visto en materia ASG (Ambiental, Social y de Gobernanza) en las empresas locales en las que invierten los inversionistas institucionales. Sin embargo, me resulta difícil enfocarme en esto sin enmarcarlo en el contexto y la situación actual de nuestro país, pues no sólo estamos frente a un panorama económico desalentador, sino ante una crisis de valores y liderazgo. Es evidente que el país tiene que trazarse un rumbo claro.