Antonio Benites
Socio Líder de Servicios de Consultoría Financiera y Contabilidad de EY Perú
La crisis económica ocasionada por la incertidumbre sanitaria y política que sufre nuestro país ha ocasionado que seamos una de las economías latinoamericanas con una fuerte depreciación de su moneda frente al Dólar. En países como México, Colombia y Chile la situación es distinta, ya que las monedas locales se han apreciado. En las últimas semanas, según data del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) el dólar alcanzó niveles máximos históricos superiores a S/3.65, lo cual refleja una apreciación cercana al 10% desde que la pandemia impactó nuestra economía.
Para la mayoría de las empresas peruanas, la moneda del entorno económico que influye en la generación y utilización del efectivo es el Sol, cualquier transacción efectuada en una moneda distinta al Sol generará una exposición al riesgo de moneda extranjera, en términos simples, podría generarse una ganancia o pérdida por diferencia en el cambio, que impacte directamente la utilidad.
Durante la pandemia, la fuerte depreciación del Sol ha exigido acciones inmediatas para la gestión del riesgo de moneda, en especial para mitigar las pérdidas por diferencia en cambio provenientes de las obligaciones abiertas (pasivos no coberturados oportunamente) contraídas en dólares, tales como cuentas por pagar por importaciones, pagarés comerciales, deuda de mediano y largo plazo, entre otros.
Instrumentos derivados para evitar las pérdidas
De acuerdo con el BCRP, a finales del 2019 el valor nominal de los derivados de moneda (contratos Forwards y Swaps) negociados por los Bancos y que en la mayoría de los casos son tomados por los clientes como instrumentos de cobertura, fue de aproximadamente US$433 millones (compras mayores a ventas) y a finales del 2020 fue de aproximadamente US$3,731 millones (ventas mayores a compras), este aumento sustancial en el volumen de contratos negociados durante la pandemia refleja acciones reactivas y no estratégicas en la gestión del riesgo de tipo de cambio por la mayoría de empresas peruanas.
Una estrategia financiera utilizada para mitigar la volatilidad del tipo de cambio es el uso derivados de moneda, estos instrumentos financieros utilizados oportunamente permiten crear sintéticamente posiciones que minimicen el riesgo en los resultados del año de operaciones que ocurrirán en el futuro o sobre saldos que existen en el balance.
10 lecciones para gestionar la crisis
Si una empresa está buscando gestionar sus riesgos de moneda con derivados, le sugerimos tomar estas lecciones como guía para contrarrestar la incertidumbre y evitar sorpresas financieras y tributarias:
1.- Establecer acertadamente la moneda de operación (funcional) para fines contables y de reporte, la pandemia ha llevado a que muchas empresas se cuestionen si su moneda es el Sol o el Dólar.
2.- Documentar la evaluación de la moneda funcional, una mala definición podría llevar a futuras reformulaciones de la información financiera.
3.- Formalizar una política de gestión de riesgos que establezca con claridad qué operaciones deberán ser cubiertas, qué tipo de derivados serán utilizados, calidad de las contrapartes, autorizaciones y definir equipos responsables.
4.- Al usar derivados, decidir si las coberturas serán económicas o contables, para éstas últimas las reglas contables brindan un tratamiento especial, pero bajo ciertas condiciones formales y de monitoreo constante de la efectividad.
5.- En la contabilidad de coberturas demostrar que existe una relación económica, es decir los términos críticos del derivado (fecha de inicio, nominal, vencimiento y amortizaciones) tienen que ser similares al activo, pasivo o flujo futuro que desea cubrirse.
6.- Realizar valorizaciones independientes del valor razonable del derivado, considerar que este valor representa el valor de liquidar o salir del instrumento.
7.- Contar con equipos independientes para la valorización y la evaluación de los impactos contables.
8.- Contar con un soporte tributario que valide la estrategia de riesgos seguida por las empresas para la cobertura, la Autoridad Tributaria puede tener una posición muy estricta con la deducibilidad de las pérdidas tomadas.
Para las empresas más sofisticadas en el uso de derivados:
9.- Explorar estrategias de coberturas naturales, para esto, pueden identificarse operaciones con vencimientos y valores similares, pero de naturaleza distinta que se compensen en el estado de resultados.
10.- Calibrar los modelos de valorización de derivados periódicamente.
La crisis sanitaria y un año electoral con mucha incertidumbre van a seguir provocando volatilidad en las monedas, es importante tener claridad que al ingresar a este tipo de estrategias con derivados se busca mitigar el riesgo, más no beneficiarse ni perder en las operaciones efectuadas en moneda extranjera.