Una ciudad en los Alpes suizos donde los jefes de estado y los titanes de los negocios se reúnen para debatir durante una semana: el Foro Económico Mundial (WEF) en Davos es el blanco ideal para los teóricos de la conspiración que impulsan la idea de una camarilla de élite que gobierna el mundo.
Celebridades, magnates y líderes mundiales se reunieron en Davos para discutir los temas más complicados que enfrenta la humanidad, desde la guerra de Ucrania hasta las catástrofes climáticas e incluso la amenaza de la desinformación.
Pero la reunión anual en sí se ha convertido en un imán para grandes falsedades, como que el WEF quiere que la gente coma insectos en lugar de carne para combatir la inseguridad alimentaria.
Lo que da oxígeno a estas teorías ridículas es lo que los observadores llaman los acuerdos tras bastidores entre los líderes empresariales, una costumbre del WEF que alimenta la idea de que está dirigido por una camarilla en la sombra que trabaja para obtener ganancias privadas bajo el disfraz de resolver problemas públicos.
“El Foro Económico Mundial es blanco de la información errónea y la desinformación porque ocupa un espacio singular en la conciencia pública: una reunión de los actores económicos más poderosos e influyentes del mundo en un foro que muestra y celebra ambos”, dijo Michael W. Mosser, director ejecutivo del Laboratorio de Desinformación Global de la Universidad de Texas, en Austin.
“La opacidad del Foro Económico Mundial, junto con su convicción de que la globalización económica es positiva para la humanidad, se presta a acusaciones de que no está en contacto con la gente ‘común’”, señaló Mosser a la AFP.
“Será un pararrayos”
El equipo de verificación de datos de AFP desmintió recientemente las publicaciones en redes sociales que afirmaban que el WEF emitió una declaración que respaldaba la pedofilia, que su portavoz calificó de “completamente inventada”.
Las publicaciones también aseguraban falsamente que el WEF pidió que “se sacrifiquen millones de gatos y perros en todo el mundo” para luchar contra el cambio climático. AFP no encontró rastro de tal iniciativa.
La ola de desinformación, que según los observadores alguna vez estuvo restringida a una franja radical, ha ganado terreno en internet a medida que la desigualdad empeora a nivel global.
Desde 2020, la fortuna de los multimillonarios ha aumentado en US$ 2,700 millones al día, incluso cuando la inflación ha mermado los salarios de al menos 1,700 millones de trabajadores en todo el mundo, según denuncia la ONG Oxfam en un informe publicado el día de la inauguración del foro de Davos.
“Davos se encuentra entre las asambleas de más alto perfil en el mundo, por lo que, naturalmente, será un pararrayos para cualquiera que tenga una queja contra el statu quo actual, ya sea real, como la desigualdad de riqueza, o imaginario, como las vacunas”, dijo a la AFP Danny Rogers, cofundador de la organización sin fines de lucro Global Disinformation Index.
Las narrativas falsas “a menudo aprovechan una variedad de conspiraciones preexistentes arraigadas en una desconfianza similar hacia el gobierno, la ciencia y otras instituciones democráticas”.
“Blanco fácil”
La naturaleza elitista del foro, al que muchos titanes de negocios pagan decenas de miles de dólares para asistir, perpetúa esa desconfianza.
“El WEF es un blanco fácil (de desinformación): es muy costoso y solo se puede asistir con invitación”, dijo a la AFP Claire Wardle, codirectora del Information Futures Lab de la Universidad de Brown.
“Está reproduciendo el fundamento de toda teoría de la conspiración, que es que el mundo está siendo controlado por una élite secreta y tú no eres parte de ella”.
Eso se hizo evidente en memes sarcásticos, incluido uno que mostraba una comida típica en Davos: una persona encorvada sobre un cuenco lleno de monedas, con una cuchara grande en la mano.
Alentando esos memes, también hubo comentarios que se burlaban de las noticias que decían que la prostitución había florecido en Davos durante el WEF.
Una sesión del Foro sobre el “peligro claro y presente de la desinformación”, a la que asistieron medios de comunicación, incluido el editor de The New York Times, se convirtió en el blanco de los teóricos de la conspiración.
El debate sobre la desinformación, según un podcast conservador, pretendía arremeter contra el derecho del público a criticar la agenda del WEF.
“Al igual que muchas otras organizaciones de alto perfil, hemos visto cómo declaraciones infundadas y teorías conspirativas reemplazan la razón por la fantasía”, dijo a la AFP Yann Zopf, jefe de medios del WEF.
“Con los crecientes temores sobre el costo de vida, exacerbados por la pandemia y la crisis energética, ahora es más crítico que nunca abordar la desinformación de frente”.