El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky (derecha), habla con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, después de una conferencia de prensa posterior a sus conversaciones en Kyiv el 15 de septiembre de 2022. Foto: Serguéi SUPINSKY / AFP
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky (derecha), habla con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, después de una conferencia de prensa posterior a sus conversaciones en Kyiv el 15 de septiembre de 2022. Foto: Serguéi SUPINSKY / AFP

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y la primera ministra del Reino Unido, Liz Truss, coincidieron este miércoles en que la decisión del presidente ruso, Vladimir Putin, de movilizar a reservistas en el contexto del conflicto en Ucrania “es una señal de que la invasión rusa de Ucrania está fracasando”.

Ambas “condenaron las acciones rusas en Ucrania y están de acuerdo en que las llamadas de Putin a movilizar a partes de la población son una señal de que la invasión rusa de Ucrania está fracasando” y “son una declaración de debilidad”, dijeron en un comunicado conjunto, en el que también subrayaron su compromiso para mantener el apoyo a Ucrania “el tiempo que sea necesario”.

Von der Leyen y Truss mantuvieron en los márgenes de la Asamblea General de Naciones Unidas su primer encuentro bilateral desde que la segunda sucedió a Boris Johnson al frente del Gobierno británico, una reunión en la que también debatieron las relaciones entre ambos bloques y el polémico protocolo norirlandés.

El breve comunicado conjunto no da cuenta del contenido de la discusión sobre el protocolo, que se produce mientras el Reino Unido mantiene su amenaza de reconsiderar de manera unilateral el mismo pensado para evitar una frontera física entre las dos Irlandas pero que ha creado problemas al fijar la frontera aduanera en el Mar de Irlanda.

Se teme que esta disputa pueda poner en peligro el acuerdo de paz de Viernes Santo (1998), que puso fin a treinta años de conflicto en esa región.

El Reino Unido acordó que Irlanda del Norte permanecería en el mercado único europeo cuando abandonó la UE, para evitar una frontera física en la isla de Irlanda, por lo que las mercancías que salen de Gran Bretaña hacia Irlanda del Norte están sujetas a declaraciones aduaneras, y los alimentos y animales a controles sanitarios, algo que Truss considera una interferencia inaceptable en el mercado interno del Reino Unido.

El plan del anterior primer ministro británico, Boris Johnson, para ignorar unilateralmente las partes más controvertidas del acuerdo del Brexit (como se conoce al acuerdo de salida del Reino Unido de la UE) a través de una ley está en trámite parlamentario, y pretende poner fin a los controles de los bienes que el Reino Unido considera que están destinados solo a Irlanda del Norte.