La estatal petrolera de Venezuela, PDVSA, está en conversaciones con firmas marítimas buscando comprar y arrendar tanqueros ante una posible expansión de sus exportaciones, según fuentes y un documento visto por Reuters, una señal de que el país espera un alivio de las sanciones de Estados Unidos al sector petrolero.
La invasión de Rusia a Ucrania ha desencadenado una búsqueda mundial de nuevos suministros de crudo, en especial el petróleo pesado producido por Venezuela.
Una reunión de alto nivel entre funcionarios estadounidenses y venezolanos en Caracas este mes abrió las puertas para conversaciones sobre las sanciones impuestas a PDVSA en el 2019 que luego fueron reforzadas por el expresidente estadounidense, Donald Trump, como parte de su campaña de “máxima presión” para forzar la salida del cargo del mandatario Nicolás Maduro.
Las sanciones de la administración Trump llevaron en el 2020 a un corte total de las autorizaciones que permitían exportar a la mayoría de las petroleras extranjeras que participan en empresas mixtas con PDVSA.
La suspensión dejó a empresas como Chevron Corp, Eni SpA y Repsol SA con miles de millones de dólares en dividendos impagos y deudas que antes se habían compensado a través de cargamentos de crudo venezolano.
Ejecutivos del brazo marítimo de PDVSA, PDV Marina, y su división de Comercio y Suministro se han reunido recientemente con firmas que ofrecen buques. Todas las compañías se han mostrado dispuestas a aceptar crudo o productos refinados venezolanos como pago por los barcos, dijeron las fuentes que hablaron bajo condición de anonimato.
“La flota de tanqueros de PDVSA se ha quedado corta para cualquier aumento en la producción petrolera tanto para refinación nacional como para exportación”, dijo una fuente.
PDVSA no respondió a una solicitud de comentarios.
Flota agotada
La envejecida flota de PDVSA, integrada por unos 30 tanqueros propios, se ha visto forzada a permanecer en aguas venezolanas después de más de una década de inversión insuficiente y falta de reparaciones, según fuentes y datos de monitoreo de Refinitiv Eikon.
Las sanciones estadounidenses que impiden que PDVSA renueve el seguro y la clasificación de sus embarcaciones, los cuales certifican que están en condiciones de navegar, han reducido en los últimos años su capacidad de utilizar buques para exportación.
Esa reducción ha llevado a PDVSA a depender cada vez más de un grupo de tanqueros pertenecientes a terceros, que a menudo transportan crudo desde puertos venezolanos, según las fuentes y documentos de la empresa estatal.
En una de las propuestas vistas por Reuters, una empresa cuyo nombre fue borrado del documento, ofrecía cinco tanqueros Aframax, cada uno con capacidad para transportar hasta 700,000 barriles, bajo un contrato de arrendamiento con opción a compra.
De acuerdo con la propuesta, PDVSA pagaría una tarifa de US$ 22,500 a US$ 35,000 por día durante un máximo de 12 meses para arrendar cada embarcación en virtud de un contrato de fletamento a tiempo determinado.
Esos buques serían reemplazados progresivamente por nuevos, después del primer año. Los tanqueros a construir serían pagados mediante la entrega de unos cuatro millones de barriles de fuel oil venezolano, valorados en US$ 300 millones, según la propuesta.
La compañía también propuso ocultar la propiedad de PDVSA de los nuevos petroleros a través de una cadena de intermediarios, lo que reduciría el riesgo de retenciones o embargos si las sanciones estadounidenses siguieran vigentes.
En el 2020, PDVSA ofreció incluir transporte propio en algunos de sus contratos de venta, una estrategia para ayudar a los clientes que enfrentaban problemas para contratar embarcaciones debido a las sanciones de Estados Unidos, pero los acuerdos duraron poco ante la insuficiente disposición de buques de PDVSA.
Ese año la compañía también perdió tres de los cuatro supertanqueros que había comprado a China. Y a principios de este año tuvo que enviar tripulación para rescatar la cuarta embarcación, varada por semanas en Asia por problemas mecánicos.
Entre el 2019 y 2020 Washington incluyó en la lista negra a propietarios y operadores de embarcaciones que transportaban crudo de PDVSA, pero en el último año no ha impuesto sanciones marítimas similares.
Aun así, muchas navieras continúan evitando al país por las sanciones, lo que duplica los costos de flete para los compradores de petróleo venezolano, forzando grandes descuentos de precios.