Los estudios de las fases finales de la vacuna candidata de AstraZeneca para el COVID-19 están suspendidos temporalmente mientras la compañía investiga si un paciente sufrió un efecto secundario grave o si su malestar no está vinculado con la inoculación.

En un comunicado emitido el martes por la noche, la compañía dijo que su “proceso estándar de revisión generó una pausa en las para permitir revisar los datos de seguridad”.

AstraZeneca no reveló ninguna información sobre el posible efecto secundario, aparte de llamarlo “una enfermedad potencialmente inexplicada”. El portal noticioso STAT fue el primero en reportar la pausa en las pruebas, y afirmó que el posible efecto secundario ocurrió en el Reino Unido.

Un portavoz de AstraZeneca confirmó que la pausa en las vacunaciones cubre los estudios en Estados Unidos y otros países. A finales del mes pasado, comenzó a reclutar a 30,000 personas en Estados Unidos para su prueba más numerosa de la vacuna. Además está probando la vacuna, desarrollada por la Universidad de Oxford, en miles de personas en Gran Bretaña, y en estudios a menor escala en Brasil y Sudáfrica.

Otras dos vacunas están en fases finales de pruebas en Estados Unidos: una producida por Moderna Inc. y la otra por Pfizer y el laboratorio alemán BioNTech. Esas dos vacunas funcionan de forma diferente a la de AstraZeneca, y los estudios ya han reclutado a dos terceras partes de los voluntarios necesitados.

Las pausas temporales en estudios médicos a gran escala no son inusuales, e investigar cualquier posible efecto secundario grave o reacción inesperada es obligatorio. AstraZeneca apuntó que el problema pudiera ser una coincidencia; enfermedades de todo tipo pueden surgir en estudios de miles de personas.

“Estamos trabajando para acelerar la revisión de ese evento solitario para minimizar cualquier impacto potencial en el calendario de pruebas”, dijo la compañía en su comunicado.

El anuncio se produjo el mismo día en que AstraZeneca y otras ocho compañías farmacéuticas emitieron la promesa de respetar los más altos estándares éticos y científicos en el desarrollo de sus vacunas.

Eso ocurrió entre temores de que el presidente estadounidense Donald Trump vaya a presionar a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) para que apruebe una vacuna antes de que se demuestre que es segura y efectiva.

ha invertido miles de millones de dólares en desarrollar rápidamente una vacuna contra el coronavirus. Pero los temores públicos a que una vacuna sea inefectiva e insegura pudieran resultar desastrosos, y descarrilar las gestiones para vacunar a millones de estadounidenses.

Representantes de la FDA no respondieron de momento a pedidos de comentarios.

Expectativa en América Latina

La eficacia de esta vacuna se estaba experimentando en Estados Unidos, Brasil y Sudáfrica después de que el ensayo hubiera dado resultados positivos en sus fases iniciales, cuando se probó con mil personas en el Reino Unido.

Además, los Gobiernos de Argentina y México, así como la , llegaron en el mes de agosto a un acuerdo con AstraZeneca y con la Universidad de Oxford para fabricar la vacuna en sus países y, luego, distribuirla a todos los países de , con excepción de Brasil.

Según informó en agosto el presidente de Argentina, Alberto Fernández, el objetivo era elaborar entre 150 millones y 250 millones de dosis que estarían disponibles a precios accesibles, con un coste individual de entre US$ 3 y US$ 4 .

Por el momento, se desconocen los efectos que podría tener este incidente en los planes de AstraZeneca para desarrollar la vacuna en México y Argentina.

AstraZeneca había iniciado la fase 3 de su ensayo en Estados Unidos a finales de agosto, según , un registro del Gobierno estadounidense; mientras que en el Reino Unido, Brasil y Sudáfrica, el estudio de la vacuna estaba entre las fases 2 y 3, de acuerdo a Stat.

AstraZeneca tenía previsto tener su vacuna disponible para el primer semestre del 2021 y estaba considerada como una de las más avanzadas del mundo por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Esta es la primera vez que uno de esos ensayos para lograr la vacuna contra la COVID-19 tiene que ponerse en pausa por razones de seguridad.