Un estudio sudafricano sugiere que hay un menor riesgo de hospitalización y de enfermedad grave en las personas infectadas por la variante ómicron del coronavirus que las contagiadas con delta, aunque los autores afirman que parte de ello se debe probablemente a la elevada inmunidad de la población.
Los interrogantes sobre la virulencia de ómicron están en el centro del debate científico y político en muchos países, en momentos en que los gobiernos se esfuerzan por responder a la propagación de la variante mientras los investigadores se apresuran por comprenderla.
El nuevo estudio, que no ha sido revisado por pares, trató de evaluar la gravedad de la enfermedad comparando los datos sobre las infecciones de ómicron en octubre y noviembre con los datos sobre las infecciones de delta entre abril y noviembre, todos ellos en Sudáfrica.
El análisis fue realizado por un grupo de científicos del Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles (NICD, por sus siglas en inglés) y de las principales universidades, como la Universidad de Witwatersrand y la Universidad de KwaZulu-Natal.
Utilizaron datos procedentes de cuatro fuentes: los datos nacionales de casos de COVID-19 notificados al NICD, los laboratorios del sector público, un importante laboratorio del sector privado y los datos del genoma de las muestras clínicas enviadas al NICD desde los laboratorios de diagnóstico privados y públicos de todo el país.
Los autores descubrieron que el riesgo de ingreso hospitalario era aproximadamente un 80% menor para los infectados por ómicron en comparación con los de delta, y que para los que estaban hospitalizados el riesgo de enfermedad grave era aproximadamente un 30% menor.
Sin embargo, incluyeron varias advertencias y avisaron de que no debían sacarse conclusiones precipitadas sobre las características intrínsecas de ómicron.
“Es difícil distinguir entre la contribución relativa de los altos niveles de inmunidad previa de la población y la menor virulencia intrínseca a la menor gravedad de la enfermedad observada”, escribieron.
Paul Hunter, profesor de medicina de la Universidad británica de East Anglia, describió el estudio sudafricano como importante y dijo que era el primer estudio correctamente realizado que aparecía en forma de preimpresión sobre la cuestión de la gravedad ómicron versus delta.
Pero Hunter dijo que su principal debilidad era que comparaba los datos ómicron de un periodo con los datos delta de un periodo anterior.
“Así, aunque los casos de ómicron tenían menos probabilidades de acabar en el hospital que los de delta, no es posible decir si esto se debe a diferencias inherentes en la virulencia o si se debe a una mayor inmunidad de la población en noviembre en comparación con principios del año”, dijo.
“Hasta cierto punto, esto no importa al paciente, que sólo se preocupa de no enfermar gravemente. Pero es importante saberlo para poder comprender mejor las probables presiones sobre los servicios sanitarios”.